viernes, 30 de septiembre de 2016

GRANDES POETAS (24) SILVIA PLATH. "ESPEJO".

SILVIA PLATH. EE.UU. 1932-1963


ESPEJO


Soy de plata y exacto.
No tengo prejuicios.
Todo lo que veo lo trago de inmediato
tal y como es,
sin la turbiedad del amor o de la antipatía.
No soy cruel, solo veraz-
el ojo de un diosecillo con cuatro esquinas-.
La mayor parte del tiempo medito
sobre la pared de enfrente.
Es rosada. Con manchas. La he mirado tanto
que creo que forma parte de mi corazón. Pero se mueve.
Caras y oscuridad nos separan una y otra vez.

Ahora soy un lago. Una mujer se asoma sobre mí,
buscando en mi extensión lo que ella es en realidad.
Luego se vuelve hacia esas embusteras, las velas o la luna.
Veo su espalda y la reflejo con fidelidad.
Me recompensa con lágrimas y gesticula con las manos.
Soy importante para ella. Viene y va.
Cada mañana es su cara lo que sucede a la oscuridad.
En mí ha ahogado una muchacha, y desde mí una mujer mayor
se eleva hacia ella día tras día, como un pez terrible.



MIRROR

I am silver and exact. I have no preconceptions.
Whatever I see I swallow immediately
Just as it is, unmisted by love or dislike.
I am not cruel, only truthful,
The eye of a little god, four-cornered.
Most of the time I meditate on the opposite wall.
It is pink, with speckles. I have looked at it so long
I think it is part of my heart. But it flickers.
Faces and darkness separate us over and over.

Now I am a lake. A woman bends over me,
Searching my reaches for what she really is.
Then she turns to those liars, the candles or the moon.
I see her back, and reflect it faithfully.
She rewards me with tears and an agitation of hands.
I am important to her. She comes and goes.
Each morning it is her face that replaces the darkness.
In me she has drowned a young girl, and in me an old woman
Rises toward her day after day, like a terrible fish.

Para leer más poemas de la autora:



jueves, 29 de septiembre de 2016

SOBRE LA POESÍA (8) CONOCIMIENTO Y COMUNICACIÓN. JOSÉ ÁNGEL VALENTE.



CONOCIMIENTO Y COMUNICACIÓN. (FRAGMENTO)


JOSÉ ANGEL VALENTE.


Hacia la experiencia como elemento dado se tienden, con sensibilidad especialmente adiestrada, dos largas antenas de intereses diversos, el científico y el poético. Porque la experiencia como elemento dado, como dato en bruto, no es conocida de modo inmediato. El hombre, sujeto de la compleja síntesis de la experiencia, queda envuelto en ella. La experiencia es tumultuosa, riquísima y, en su plenitud, superior a quien la protagoniza. En gran parte, en parte enorme, rebasa la conciencia de éste. 

Sabido es que los grandes (felices o terribles) acontecimientos de la vida pasan, suele decirse, «casi sin que nos demos cuenta». Precisamente sobre este inmenso campo de realidad experimentada pero no conocida opera la poesía. Por eso toda poesía es, ante todo, un gran caer en la cuenta. Pocas expresiones más exactas de esa verdad podrían espigarse que el arranque de lo que constituye una de las dos o tres cimas soberanas de la poesía castellana, las Coplas de Jorge Manrique.

En el momento de la creación poética lo único dado es la experiencia en su particular unicidad (objeto específico del poeta). El poeta no opera sobre un conocimiento previo del material de la experiencia, sino que ese conocimiento se produce en el mismo proceso creador y es, a mi modo de ver, el elemento en que consiste primariamente lo que llamamos creación poética. 

El instrumento a través del cual el conocimiento de un determinado material de experiencia se produce en el proceso de la creación es el poema mismo. Quiero decir que el poeta conoce la zona de realidad sobre la que el poema se erige al darle forma poética: el acto de su expresión es el acto de su conocimiento. Sólo en ese sentido me parece adquirir su auténtica dimensión de profundidad la afirmación de Goethe: « La suprema, la única operación del arte consiste en dar forma».

Para leer todo el artículo:




martes, 27 de septiembre de 2016

POEMAS PROPIOS (29) ALTAS HORAS.

ALTAS HORAS

A horas altas de la noche
a la noche de altas horas
están tocando en tu puerta
tocan tocan tocan tocan.

Están tocando a la puerta
a horas altas de la noche
y es la sangre la que toca.

Toca la puerta la sangre
como un impreciso broche
como ida como loca.

Para que no se desangre
el sueño en que andas sumido
toca la sangre a la puerta
toca toca toca toca.

Y tú ausente confundido
la sangre no se equivoca
sueñas con venas abiertas
por eso toca a la puerta
como ida como loca.

Es la sangre de tu sangre
la sangre de un tiempo ido
es la que toca a la puerta
del corazón a la boca.

Es la sangre que ha venido
a horas altas de la noche
con una señal de alerta
la sangre que te ha parido
que ahora toca, toca, toca,
toca insistente la puerta.

Que no le llegue el reproche
de que en el sueño sumido
con las dos venas abiertas
dando tumbos confundido
a horas altas de la noche
 no quiso tocar la puerta.

Por eso es que toca y toca
para saberte advertido
del corazón a la boca
a horas altas de la noche
toca toca toca toca.

Del poemario inédito: “Voces”

Imagen; Edvard Munch,







lunes, 26 de septiembre de 2016

GRANDES POETAS (23) JUANA DE IBARBOUROU. "DUEÑA".

JUANA DE IBARBOUROU. URUGUAY.1892-1979


DUEÑA


Vas por mis llanos sin los girasoles
de las cegadas albas del otoño;
vas por mis noches sin las bordaduras
de las constelaciones fuego y oro;

vas por mis ríos vueltos al silencio,
por mis caminos de saladas piedras;
vas donde voy, mi fiebre, tú, mi fiebre,
entre la red oscura de las venas.

Me alejo de los cielos y a mi lado
sigues conmigo esclavo,
por las rutas que temes o abominas,
por los turbados y secretos páramos.

Conmigo vas sin rostro y sin aliento,
eres mío sin yodos y sin cales;
conmigo vas, mi siervo, en las arterias
que sostienen los mares de la sangre.


Para leer más poemas de la autora:


Para bajar antología:





jueves, 22 de septiembre de 2016

LECTURAS RECOMENDADAS: VIAJE A LA NADA. ELSA LÓPEZ.




NOTAS SOBRE: “VIAJE A LA NADA”. ELSA LÓPEZ.
HIPERIÓN. MADRID, 2016

La trayectoria poética de Elsa López, desde su primera publicación: “El viento y las adelfas” 1973, hasta este “Viaje a la nada” que hoy reseñamos, la avala como una de las grandes voces de la poesía española contemporánea.

 Elsa López tiene esa capacidad que distingue a los grandes poetas de hacer que la experiencia individual, la emoción recobrada y elaborada, pueda ser sentida por nosotros, los lectores, asociándola a nuestras propias vivencias.

En su poema: Poética, escrito en 1993, podemos leer:

Cuando el poeta escribe algo suyo se abre, se diluye,
se extiende por las grietas más hondas de la carne,
se condena a la cárcel del otro y su costumbre
y en él se hace memoria…

 No resultará sorprendente, por tanto, que al adentrarnos en la lectura de “Viaje a la nada”, nos sintamos aludidos por el sentimiento de pesadumbre y devastación que se nos trasmite.

 Un viaje por países nórdicos cercanos al polo norte, realizado hace unos cuantos años, se convierte en la crónica de un viaje hacia las gélidas zonas interiores de la desolación y la nada, a través de poemas muy breves, jalonados por otros en prosa que van matizando, precisando, acotando aspectos complementarios pero no menos relevantes de ese periplo.

 Una reflexión poética descarnada en la que el helor, esa sensación que embota la mente y dificulta el riego sanguíneo, es combatido a través de la palabra poética, única posibilidad de sobrevivir en un contexto que empuja a la paralización y al silencio.

 El frío que se interpone como una barrera que imposibilita el ser y nos condena a la disolución. La constatación de un paisaje ante el que la única defensa es la de la escritura, el testimonio, la sonoridad de la palabra poética. Para dar fe, dejar constancia,  e intentar sobrevivir, a través de ella, antes de quedar disueltos, despersonalizados e inermes en las inefables galerías de la nada.

 Ya los primeros versos provocan una cierta una cierta desazón. Como si la propia voluntad nos hubiera sido usurpada y quedáramos expuestos a una voluntad ajena, suspendidos en el aire, abocados a un inconcreto inquietante destino:

Sobre mis hombros colocaron dos alas de metal.
Dos alas de metal blanco.

 Comienza el viaje hacia las heladas islas del norte. Comienza también la sucesión de expresiones que aluden al desamparo, a la pérdida de referentes, al límite traspasado en el que ya nos es factible distinguir entre lo exterior y lo interior. Blanca sábana, cuerpo triste, aire triste, la nieve cubre al mundo… Recreación de imágenes recurrentes que van jalonando todo el poemario. Un espejo que nos descubre y nos sorprende:

Al pasar por delante del espejo
se vio de perfil, caídos los pechos,
la barriga hinchada, la cara
enrojecida…
Y se odió a sí misma. O no.
No lo supo muy bien.

 Proceso de despersonalización proyectado en el deambular de los transeúntes por los aeropuertos. Uniformizados, como autómatas que  no saben muy bien adónde van ni para qué:

Solo un niño sobre el pecho de lana
de una madre recién nacida,
otea el horizonte
buscando el resplandor de la mañana.

 Anotaciones precisas, día, lugar, hora, como el capitán del barco que escribe en su  cuaderno de bitácora la crónica de los aconteceres cotidianos, para dejar constancia, evidencias, pruebas de algo que fue.

 No hay concesiones, ni respiro, ni recursos retóricos, ni alardes innecesarios, ni efectos dramáticos impostados. Un lenguaje desnudo, un ritmo acompasado, un tono que apenas se modifica a lo largo del poemario:

Así es la muerte.
Así de quieta y fría.
Así de silenciosa…
Así la eternidad
sin el menor vestigio de la vida…
Solo un pájaro negro
atraviesa de golpe la ventana.

Y al final del poema la siguiente anotación:

Sábado 18 de febrero. 7,30 de la mañana

El blanco de la nieve que se impone, que hiere, que nos absorbe y nos empuja hasta las orillas de la nada.

 Un viaje en barco percibido como si se estuviera cruzando la laguna Estigía hacia las puertas del Hades. Hacia los propios infiernos interiores, la propia desolación,  la propia sensación de vacío, la nada:

Sin un alma…
Atrás dejamos Kirkenes,
la ciudad más al norte del desierto de Europa...


Es el final del mundo, dice alguien a tu espalda.
Ya no hay nada más. Pienso. Aquí
acaba todo lo que uno conoce…

 Imágenes descarnadas y al tiempo salvajemente hermosas: Tanta luz para nadie, el bullir de las plumas de un ángel desplumado, un mapa de los cuerpos sobre el agua…

 Se inicia el retorno, se reemprende el camino de vuelta, cambia el paisaje:

La nada se desvanece,
forma claros en la lejanía
y, poco a poco,
se transforma
en negras extensiones de abedules…

 Falsa presunción. No hay descanso, el sentimiento de vacío nos puede, el tedio, la náusea. Se ralentiza el ritmo, los versos se van encabalgando para acercarnos a la esencia del hecho al descubierto. Encararlo y acaso también conjurarlo. Salvarnos por la palabra, de la misma manera que  nuestros fantasmas interiores huyen al verbalizarlos.

La nada es el cansancio, la negación del mundo,
despojar a las cosas de pesados ropajes
y verlas, ya desnudas, delante de los ojos…

 Y, ya a la vuelta, ya en un paisaje más familiar, ya en tierra amiga, el sentimiento persiste, el paisaje está en nuestro interior, ese destello de lucidez que nos evita engañar y engañarnos. Sobriamente, una constatación:

…Y detrás la nada.
Y después de la nada, nada.
Solo el silencio que llevamos dentro.

Y una vez más la anotación precisa al final del poema:
                    
Isla de la Palma, diciembre 2014.

Isla de La Palma, 2014. Hago aquí un breve inciso porque me parece significativo.

Resulta cuanto menos sorprendente recordar aquí el primer poema de ese primer libro de Elsa: “El viento y las adelfas”, 1973. Citaré los primeros versos:

Cuando el viento estremece las ramas de las acacias
y siento que ya es otro tiempo,
y abro en las esquinas la puerta de la sombra
y mi pecho se inunda de bruma,
y recuerdo que hay entre encinas lúgubres
los primeros restos de escarcha,

yo vuelvo a La Palma…

 Como si muchos años después, esa premonición, esa declaración casi profética, inexorablemente se cumpliera. Más que una isla, más que un espacio físico acotado por el mar.

 El viaje interior continúa; “nos queda la palabra”. La palabra de Elsa López, su sensibilidad poética, su capacidad para hacernos cómplices de esta aventura, su indagación en las zonas gélidas que nos conforman.

 Retomo aquí algunos versos de su poema: Poética, anteriormente citado:

Es una muerte dulce.
El eterno retorno de lo que alguna vez ha sido
y ahora crece de nuevo en el lenguaje ajeno.
Se hace múltiple y vario, cambiante, tornadizo.

La mirada del otro lo sumerge en las aguas
oscuras de la noche.
Lo toman, lo poseen, lo incluyen en su nada
y allí se hace de nuevo inútilmente humano.

 No extrañará que recomiende realizar este apasionante Viaje a la nada. No exento de los rigores del frío, pero tampoco de la lucidez, la sensibilidad, el oficio y el talento de Elsa López.





martes, 20 de septiembre de 2016

POEMAS PROPIOS (28) MEMORIAS.

MEMORIAS


Mi madre guarda memoria de las cosas.
Guarda memoria de las cosas que ocurrieron
y también de las cosas que no ocurrieron
y de las cosas que podrían ocurrir.

Y por las noches las recuerda antes de dormirse.
Las recuerda como si estuvieran sucediéndole
en ese mismo instante en que ella las rescata,
en ese mismo instante en el que enciende una vela.

Primero recuerda las cosas que sucedieron
y a veces se le hace un charquito junto a la almohada
y a veces no se sabe si la luz surge de la vela que encendió
o es la luz de sus ojos cuando ella era muy joven.

Después pasa su tiempo recordando
las cosas que nunca sucedieron de verdad
pero que ella recuerda con inquietud
y reza por ellas porque no tuvieron la oportunidad de suceder.

Después se pone de lado y recuerda las cosas que acaso ocurrirán
y va haciendo montoncitos con las cosas buenas
y se los guarda con cuidado entre los pechos
para que no se les vayan a olvidar cuando despierte.

Y hace otro montoncito con las cosas malas
que no se sabe si ocurrirán o no
y les prende fuego con la llama de la vela
hasta que quedan reducidas a ceniza.

Después ya se deja vencer por el sueño
aunque un ojo permanece expectante
por si  algunas de las cosas malas ocurren
y la cogen a ella dormitando en el limbo.

Del poemario inédito: “Voces”


Imagen: William Balfour Ker.


jueves, 15 de septiembre de 2016

ENTREVISTA A LUIS JUNCO SOBRE: "ENTRELAZAMIENTOS"



ENTREVISTA A LUIS JUNCO SOBRE SU ÚLTIMA NOVELA: ENTRELAZAMIENTOS


¿Puedes resumir de qué trata esta última novela tuya y qué la diferencia de las anteriores?

Entrelazamientos rompe sobre todo con la estructura lineal que hasta entonces había utilizado para mis historias. A partir de un cuento (lineal) que había escrito en De amar y andar por casa, construyo un relato de cierta complejidad. Un suceso de mi infancia es la base del cuento y también de la novela, cuando un nuevo acontecimiento de 40 años más tarde me hace replantear el acontecimiento inicial. Pues llego a la conclusión de que lo que lleva del presente al pasado –y a reconstruir lo que ha sucedido entre los dos momentos- no es una sola línea o trama, sino que hay muchas historias  cuyo entrelazamiento lleva de uno a otro. Historias que en ocasiones aparecen muy separadas e independientes pero que en ciertos momentos se unen en una “causalidad” que sorprende. El conjunto de esas historias da una visión del acontecimiento inicial muy diferente y muy completa.

¿Ese acontecimiento inicial al que te refieres era la visita de un fantasma a la casa en que vivías de niño durante los domingos?

Sí, en nuestra casa de la calle Travieso, en Las Palmas, cuando éramos niños. Cuando durante los domingos la familia se ausentaba de la casa, nos visitaba un fantasma. Un fantasma que más tarde supimos que tenía que ver con los antiguos propietarios de la casa, los marqueses de La Quinta Roja. Ese es el origen de la novela.
  
¿Por qué ese título, Entrelazamientos?

Pues porque además de esa relación entre las historias que van apareciendo cuando intento reconstruir aquel acontecimiento inicial, la palabra refiere a un concepto muy preciso y profundo de la realidad física de la que todo forma parte (incluidos nosotros), el entrelazamiento cuántico. Según este concepto, hay partículas materiales (de las que también nosotros estamos hechos) que a pesar de estar separadas enormemente en el espacio y en el tiempo, están entrelazadas, de tal manera que lo que le ocurre a una influye instantáneamente en las demás.

¿Y eso puede ocurrir con, digamos, historias humanas?

Entiendo que esa es la idea que está en el fondo de esta novela y no como una especulación gratuita, sino fundamentada. De hecho, en el primer capítulo intento resumir de la manera más clara y concisa que he podido las bases de esa teoría de la realidad y de la que se deriva la ficción que escribo.  La estructura de esto último (lo que escribo) es en muchos aspectos reflejo de aquello.  Por ejemplo, esa suma de historias que componen la novela me parece reflejar la idea del físico teórico y premio Nobel Richard Fenyman y sus múltiples historias, según la cual si una partícula tiene cuatro posibilidades para ir de A a B, el resultado correcto solo se obtiene al sumar las cuatro historias a la vez, cada una con un "peso" que representa la probabilidad de que ocurra cada historia.

¿Y no temes que la lectura de ese primer capítulo dedicado a la física cuántica pueda disuadir a un lector normal a seguir leyendo?

Sí, fui consciente de eso desde el principio.  No solo eso, sino que es posible que en algún caso me gane el calificativo de petulante, sabiondo y cosas del estilo. Pero como digo en el inicio de la segunda parte de la novela, ese capítulo me pareció necesario y "era lo que me pedía el cuerpo".  Y además, honestamente, creo que en la mayor parte de las veces, para que una obra merezca la pena es imprescindible el esfuerzo del creador, pero también es necesario el del lector.

Además de en el primer capítulo, de manera transversal la presencia de reflexiones o temas científicos están presentes a lo largo de toda la novela.  ¿Por qué y a qué crees que se debe el rechazo de algunos lectores a esos temas "no literarios"?

Porque creo que en la estructura de la realidad de la que formamos parte no existe esa división entre las ciencias y las letras. Ambas forman parte inseparable del mismo entramado. La división es resultado de una evolución cultural especialmente occidental y la seguimos padeciendo a día de hoy. Y por otra parte porque creo en el potencial "poético" de temas considerados científicos y casi siempre soslayados en la literatura.
En cuanto al rechazo, me parece que obedece a varias causas. Una de ellas procede de los propios humanistas, que consideraban la intrusión de las ciencias en ciertos temas, hasta entonces objeto de la atención de los poetas, poco menos que un sacrilegio. A tal respecto hay que recordar el ataque del poeta John Keats contra Newton, cuando éste puso de manifiesto la realidad física que está detrás de un arcoíris. Para Keats, Newton había acabado con el misterio. Otras causas tienen que ver con los temas científicos en sí mismos y nuestra capacidad de aprehender la realidad.  Durante millones de años la selección natural nos ha dotado de una estructura cerebral capaz de elaborar intuiciones certeras sobre la realidad más inmediata. Pero temas como la mecánica cuántica, la cosmología actual y la propia selección natural son muy recientes y no ha habido tiempo para crear la adecuada "circuitería" cerebral que nos ayude a entenderlos. Requieren mucho esfuerzo y adaptar herramientas hechas para otras cosas para poder comprenderlas, y por eso se rechazan.

Volviendo a la estructura de la novela, en ella distinguimos dos partes bien diferenciadas. Una primera en la que narras esas diferentes historias que confluyen en la historia inicial, la del fantasma.  Pero en la segunda parte todo tu esfuerzo se centra en el propio proceso de búsqueda o investigación.

Así es.  En la primera parte, y como se ha dicho, se narran historias separadas en el tiempo y en espacio -Las Palmas, 1957, 1870, 2011; Fuerteventura, 2011, 1740, 1770; Tenerife, 2012, 1709, 1840-, pero todas con un nexo de unión y  que apuntan a Diego Ponte del Castillo, octavo marqués de La Quinta Roja. La extraña muerte de la madre de este último, doña Sebastiana del Castillo, me lleva a una investigación tan extensa en personajes y temas de interés, y tan entrelazada con el núcleo principal de la historia, que decidí narrarla en forma de diario de investigación.

Resulta sorprendente la cantidad de documentos, personajes, lugares en los que realizas la investigación. Por solo aludir a estos últimos, tengo anotados: Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife, Garachico, Puerto de La Cruz, La Orotava, Puerto Lajas, La Oliva, Tuineje, Ciudad Real, Collado Villalba, Córdoba, los Archivos Federales de Suiza... ¿Cómo se puede lidiar con toda esta información recogida en dos años?

Creo que la época y elaboración de esta segunda parte, entre 2011 y 2013, fue la más enriquecedora para mí. Sí, consulté con muchas personas, revisé muchos documentos, visité muchos lugares con un objetivo determinado. Pero incluso en otros lugares y con otras personas con las que me relacionaba por esa época, pareciera como si llevara en la cabeza un GPS y un detector especial que sorprendentemente me llevaban a una información esencial sobre lo que estaba escribiendo. Por ejemplo, ¿cómo explicar que estando en la consulta de un médico en Las Palmas casualmente echara mano de una revista en la sala de espera y allí leyera que la persona encargada del catering del Zoo de Londres en el año 1903 era el señor Charles Humberset, persona cuyo paradero en esa época me atormentaba? En muchas ocasiones la información la buscaba y recopilaba de una manera muy sistemática. Pero también había épocas de absoluta falta de información, de desaliento, de desesperación; milagrosamente quebradas por "milagros" como el que he descrito aquí. Otros los narro en el libro.

¿Y cuál fue tu criterio para seleccionarla y ordenarla para generar una narración coherente?

En principio el orden fue cronológico y atendiendo a lo que descubría cada día. Pero luego, cuando la información se acumulaba, decidí narrar según cuatro o cinco temas de interés: Descendientes, La Casa Amarilla, Los Archivos Suizos...
Lo de la selección fue algo más complicado, pues había que distinguir entre lo que era útil para mí y útil para la narración y para el lector. En este sentido, en un momento determinado tuve en mi poder 350 páginas de un expediente de los Archivos Federales Suizos sobre un personaje importante en la narración. Pero eran esencialmente un expediente sobre un trámite burocrático. Mi primera intención fue desecharlo; pero luego pensé que lo que le ocurría a este personaje a causa de la burocracia daba mucha más luz a su destino y resumí esas páginas al máximo intentando no perder la esencia. Aun así resultaba un relato muy extenso de cara al lector.  Y en esto, como en otros aspectos esenciales del contenido del libro, vino en mi ayuda mi editor y amigo Emilio Gavilanes. Él me aconsejó que aunque otras personas me dijeran que era extenso, lo dejara como estaba, pues el tono de ironía con que yo describía todo el asunto, no solo lo hacía muy llevadero para el lector, sino daba sentido a todo el conjunto.

Y puede resultar una pregunta reiterada, ¿qué de ficción y realidad hay en la novela?

Remedando a un reconocido político de actualidad que preguntado sobre un asunto de corrupción que afectaba a su partido respondió "Todo es falso, salvo alguna cosilla", yo diría lo contrario.  De todas formas, entiendo que lo importante es si el conjunto resulta verosímil. Como también se dice en el libro a propósito de esto, lo que sea verdad o ficticio es lo menos relevante. 



Bibliografía del autor:

En algún lugar del océano sigue escondida América, 1983.
Barranco viejo, 1986.
El asesino de Adelfas y otros crímenes de provincia, 1995.
Las cartas americanas de Prudencio Armengol, 1999.
Primera santología. Cuentos escogidos sobre personajes elevados, 2004.
Una carta de Santa Teresa, 2005.
De amar y andar por casa, 2007.
La cruz del inglés, 2008.
Viejas cartografías de amor, 2009.
Días de lluvia, 2014.
Entrelazamientos, 2016.

LECTURAS RECOMENDADAS: ENTRELAZAMIENTOS. LUIS JUNCO.



“ENTRELAZAMIENTOS”

AUTOR: LUIS JUNCO.

EDICIONES DE LA DISCRETA.
Madrid, 2016.

CIENCIA Y LITERATURA

Cada partícula elemental de las que estamos hechos va acompañada de una enorme cantidad de partículas idénticas que influyen sobre ella pero que son partículas fantasma. Y no solo ocurre eso con electrones, átomos y moléculas de nuestro entorno, sino que nosotros y el mundo material que nos rodea vamos acompañados de una innúmera cohorte fantasmal. Son como nosotros mismos –son nosotros mismos– pero no somos conscientes de ellos porque forman parte de otros universos.

Esta afirmación, proveniente de los avances realizados en el marco de la física cuántica, constituye, junto a otras pormenorizadas y apasionantes explicaciones en el primer capítulo, el punto de partida de la que probablemente sea la, hasta ahora, obra más ambiciosa del autor.

Luis Junco tiene tras de sí un amplio recorrido literario con más de 10 publicaciones desde su primera novela: “En algún lugar del océano sigue escondida América”, publicada en 1983, hasta este deslumbrante “Entrelazamientos”. Un recorrido de más de 30 años que lo refrendan como un narrador experimentado.

En esta su nueva propuesta, aunque manteniendo algunos rasgos característicos de su estilo, el autor nos sorprende con un enfoque de novela experimental en la que diferentes historias, aparentemente inconexas, se van sucediendo, entrelazando, hasta constituir un gran mosaico en el que el todo solo puede entenderse por el engarce entre las diferentes partes que lo componen, en un tiempo y un espacio más complejos que lo convencionalmente asumido.

 Muchos de esos universos son idénticos al que conocemos, y en ellos existimos en iguales circunstancias a las que en este experimentamos. En otros muchos hay ligeras variaciones y vivimos diferentes circunstancias. En otros no existimos. La realidad es multiversal. Ese supuesto “desparrame” del que hablaba la física cuántica, el experimento de la doble rejilla, el principio de incertidumbre, los diferentes resultados que dan las matemáticas para una partícula, quedan explicados de esta manera.

La novela se estructura en torno a algunos hechos y personajes que van a ir, de algún modo, entrecruzándose, entrelazándose a lo largo de la trama: un recuerdo de la infancia que ha permanecido vivo en la memoria; Doña Sebastiana del Castillo, marquesa de la Quinta Roja; una operación sufrida por el narrador tras un infarto y sucesos históricos ocurridos en las islas en distintas épocas.

 Con estos hilos va trenzando una historia que no sigue un orden cronológico  pero cuyos distintos capítulos se irán armonizando de una manera natural a través de eslabones que irán pergeñando una cadena de acontecimientos en la que lo real, lo ficticio y lo autobiográfico se mezclan sin que pueda distinguirse con precisión qué es lo que corresponde a cada apartado.

Cuando era niño viví en Travieso, esquina con Triana, en Las Palmas, en una hermosa casa grande y señorial que aún existe. La había comprado mi bisabuela a una marquesa, la de La Quinta Roja, a principios del siglo pasado,…

Este el hilo del que arranca la historia. En esa misma casa algo aparentemente anómalo, que el narrador conserva como un recuerdo vívido, sucede con cierta periodicidad:

Don Mauricio, esta tarde, después de que ustedes se marcharan, sentí subir a alguien, que resultó ser un señor un tanto raro. Como quiera que vi que continuaba hacia arriba, salí para decirle que no había nadie, que ustedes se habían marchado. ¿Y qué cree usted que hizo? Pues nada, como si no me hubiera oído, continuó hacia arriba sin hacerme el menor caso. Eso sí, despacio y tosiendo a intervalos.

El narrador refiere una experiencia personal que obviamente puede ahora contarnos:

…Pocos años más tarde, y como ya dije, me operaron del corazón. Y aunque después de esa operación las cosas en apariencia continuaban sin variación, algo en mi interior me mostraba la vida de manera muy diferente. ¿Desaparecí de mi mundo habitual y había entrado en otro muy parecido pero diferente? Ideas, personas y creencias se me presentaron con otras e insospechadas apariencias. También mi visión de la escritura y la necesidad de sentir e indagar a través de ella.

Una de las cosas que aprendí a partir de aquella experiencia es que en muchos universos he escrito este mismo relato: en algunos con narraciones idénticas; pero en otros las relaciones son ligera o totalmente diferentes. Cada una representa un mundo distinto en el que está involucrada mi propia vida. Y todas las narraciones son verdaderas. Esta es solo una de ellas y así debe considerarlo el lector.

Un viaje a la isla de Fuerteventura hará que los fantasmas del pasado resuciten y empiecen a establecerse vínculos que de algún modo dan sentido a hechos aparentemente aislados pero que tienen una explicación que terminará por resultarnos evidente.

La narración se centra ahora en uno de esos hilos: ¿qué ocurrió realmente con la marquesa de la Quinta Roja? ¿Cómo se explican las extrañas circunstancias de su muerte? ¿Qué vincula a los herederos de la marquesa con el espionaje alemán durante la primera guerra mundial? ¿Cómo se entrelaza la herencia con el establecimiento en Tenerife de un laboratorio para el estudio de los primates auspiciado por un conocido científico alemán?

Una investigación exhaustiva, nuevos enlaces imprevistos, personajes anónimos que dan cuenta de aspectos no evidentes, fenómenos especulativos que andan detrás del enigma, una apasionante búsqueda de razones que puedan arrojar luz sobre el misterio de la marquesa, uno de cuyos descendientes solía subir las escaleras de la casa en la calle Travieso cuando estaba vacía, y desde cuya azotea un niño se precipitó y fue conducido a una temprana y trágica muerte.

 La misma casa en la que nació el narrador de esta historia que un día se vio sorprendido por el súbito ataque de una angina de pecho que lo llevó a una situación límite a la que logró sobrevivir, hecho por el cual podemos ahora conocer todos estos entrelazamientos.

…Sin embargo, ya hace algún tiempo que se ha abierto una ventana en este triste escenario de impedimentos. Se han descubierto sistemas de partículas materiales –de las que también estamos hechos nosotros– que por encima de cualquier separación están unidas por un indisoluble cordón umbilical que las lleva a comunicarse de manera instantánea. Lo que le ocurre a una es registrado de inmediato por todas las demás. Como si ellas mismas o eso que las une formara parte del propio tejido espacio-temporal. Para algunos es prueba de que todo está conectado con todo lo demás. Sin embargo, para otros es otra manifestación del multiverso del que formamos parte, prueba de la innumerable cantidad de fantasmas que nos acompañan, cuya invisible pero cierta presencia se demuestra en esas circunstancias.

Es en este contexto, en esta realidad compleja y “multiversal” donde las cosas empiezan a adquirir un sentido y una dimensión que poco tienen que ver con la manera convencional de entender el tiempo y el espacio, la relación entre ambos y nuestro propio devenir.

Una exhaustiva investigación previa, un lenguaje preciso, el detallismo en la descripción, el lirismo en algunos de los pasajes de la novela, un ritmo acompasado y un uso del humor que en algunos casos puede llegar al esperpento, son algunas de las características que constituyen el modo de hacer del autor, su sello personal.

Una novela ambiciosa que exige del lector de una lectura detenida, e invita a sumergirse en cualquiera de sus muchos posibles comienzos, con la seguridad de que en algún momento uno mismo se sentirá protagonista de un destino común que compartimos no solo con los personajes que van apareciendo, sino con los fantasmas que nos acompañan. Y, conscientes o no, con nosotros mismos allá donde nuestras partículas se reproducen y formamos parte de otros universos.

Señalar, finalmente, que se trata de una edición muy cuidada, sello inconfundible de Ediciones de La Discreta, con aporte de un interesante material fotográfico que no hace sino enriquecer nuestra experiencia lectora.

En la siguiente entrada publicamos una entrevista con Luis Junco sobre algunos de los aspectos de esta novela que creemos puede servir para enmarcar mejor en contexto y las motivaciones que auspiciaron su elaboración e hicieron posible su “nacimiento”.




domingo, 11 de septiembre de 2016

SOBRE LA POESÍA (6) POESÍA Y LIBERTAD (FRAGMENTO) CESARE PAVESE



POESIA Y LIBERTAD* (FRAGMENTO)

CESARE PAVESE


El pionero y el epígono: el primero inventa, comprende y sigue adelante; el segundo, impulsado por la evidente y ambigua fascinación de la tierra desconocida hasta ayer, vuelve a ella y se detiene, construye su casita, planta los árboles frutales y, guarda sus provisiones.

A veces se queda allí toda la vida, rodeado del respeto y el aplauso de los demás, sin darse cuenta de que a sus provisiones les falta el gusto de la tierra, del agua y del cielo. Es un literato. Casi siempre lo sabe y se enorgullece de ello. Es mejor así, por otra parte, que se desesperase de sí mismo; el literato que desespera de sí, es decir, que empieza a lamentarse, no se convierte en poeta, sino en un literato peor de lo que era.

El poeta —decimos— inventa, comprende y sigue adelante. Pero ni siquiera él puede tomar las cosas en broma. A cada paso de su trabajo, de su conquista, lo espera el peligro de la Capua literaria.

 Uno siempre puede hacerse epígono de sí mismo: ceder a la tentación de detenerse más de lo debido, para explorar la región ya conocida y conquistada. Y lo trágico es esto: que mientras a un literato no le hace falta ser más que literato, un poeta debe ser también literato (es decir culto, según su tiempo) y dominar con mano segura este enredo de costumbres y complacencias que es su literatura. Su camino es el que siguen las almas sobre el puente del Paraíso: un filo de navaja, o si se quiere, una baba del diablo.

viernes, 9 de septiembre de 2016

GRANDES POETAS (22) PABLO NERUDA. "Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta"...

PABLO NERUDA. 1904-1973


ALTURAS DE MACCHU PICCHU (FRAGMENTO)


DE: CANTO GENERAL

XII

Sube a nacer conmigo, hermano.

Dame la mano desde la profunda
Zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados.
Mírame desde el fondo de la tierra,
Labrador, tejedor, pastor callado:
Domador de guanacos tutelares:
Albañil del andamio desafiado:
Aguador de las lágrimas andinas:
Joyero de los dedos machacados:
Agricultor temblando en la semilla:
Alfarero en tu greda derramado:
Traed a la copa de esta nueva vida
Vuestros viejos dolores enterrados.
Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
Decidme: aquí fui castigado,
Porque la joya no brilló o la tierra
No entregó a tiempo la piedra o el grano:
Señaladme la piedra en que caísteis
Y la madera en que os crucificaron,
Encendedme los viejos pedernales,
Las viejas lámparas, los látigos pegados
A través de los siglos en las llagas
Y las hachas de brillo ensangrentado.
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.
A través de la tierra juntad todos
Los silenciosos labios derramados
Y desde el fondo habladme toda esta larga noche
Como si yo estuviera con vosotros anclado,
Contadme todo, cadena a cadena,
Eslabón a eslabón, y paso a paso,
Afilad los cuchillos que guardasteis,
Ponedlos en mi pecho y en mi mano,
Como un río de rayos amarillos,
Como un río de tigres enterrados,
Y dejadme llorar, horas, días, años,
Edades ciegas, siglos estelares.

Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.
Hablad por mis palabras y mi sangre.

Para leer todo el libro:



jueves, 8 de septiembre de 2016

POEMAS PROPIOS (27) ACUSE DE RECIBO.

ACUSE DE RECIBO


Querida compañera:
disculpe la tardanza en responderle.
No vaya usted a pensar que la he olvidado
ni vaya usted a creer que he preferido
sin más hacerme el loco.

Lo cierto es que en verdad no ha sido fácil
hallar una respuesta, bien que provisional
pero plausible, a tan arduas cuestiones.
Ojalá no sea inútil.

En cuanto al asunto de si es inevitable
asomar la cabeza, me temo que lo es.
Distinto cuando éramos apenas renacuajos
de mundos submarinos.

No parece que haya triunfado el avestruz
ni el topo con sus miedos recurrentes
ni, por mucho que nos coman, los gusanos,
sin norte y en tinieblas.

No se trata de asomarla sobre las otras,
ni de sobresalir en esta selva impía;
sino de que más bien en los pulmones
es esencial el aire.

En cuanto a si es preciso que en un punto concreto
del tiempo encomendado que nos cumple
se den las circunstancias todas juntas,
la cosa no está clara.

Según parece, aun siendo terminales,
hay una inclinación, una deriva
que controla el instinto
y nos lleva a salvarnos.

Por eso deambulamos por las calles anónimas,
por eso es que subimos las paredes,
por eso se nos nace un nudo en la garganta,
porque somos así.

Querida compañera:
no vaya usted a pensar que la he olvidado.
Espero que esté bien,
escriba pronto.

Del poemario inédito: “Voces”

Imagen: Vermeer








martes, 6 de septiembre de 2016

SOBRE LA POESÍA (5) "EL ARCO Y LA LIRA" (FRAGMENTO). OCTAVIO PAZ.

 EL ARCO Y LA LIRA. OCTAVIO PAZ. (FRAGMENTO)

Cuando el ritmo se despliega frente a nosotros, algo pasa con él: nosotros mismos. En el ritmo hay un «ir hacia», que sólo puede ser elucidado si, al mismo tiempo, se elucida qué somos nosotros. El ritmo no es medida, ni algo que está fuera de nosotros, sino que somos nosotros mismos los que nos vertemos en el ritmo y nos disparamos hacia «algo».
El ritmo es sentido y dice «algo». Así, su contenido verbal o ideológico no es separable. Aquello que dicen las palabras del poeta ya está diciéndolo el ritmo en que se apoyan esas palabras. Y más: esas palabras surgen naturalmente del ritmo, como la flor del tallo.

La relación entre ritmo y palabra poética no es distinta a la que reina entre danza y ritmo musical: no se puede decir que el ritmo es la representación sonora de la danza; tampoco que el baile sea la traducción corporal del ritmo. Todos los bailes son ritmos; todos los ritmos, bailes. En el ritmo está ya la danza; y a la inversa.


domingo, 4 de septiembre de 2016

GRANDES POETAS (21) JOSÉ MARÍA MILLARES SALL. "LIVERPOOL" (FRAGMENTO)


JOSÉ MARÍA MILLARES SALL. ISLAS CANARIAS. 1921-2009


LIVERPOOL (FRAGMENTO)


Sobre vuestros curtidos rostros de paloma endurecida,
sobre vuestras sonrisas de sal y vino agrio, ya sobre los duros cristales
de la niebla,
está mi  alma, están mis ojos, amigos,
y sobre el último dolor de la tierra,
y sobre el último dolor de mis manos tanteando el duro cemento
de una puerta vacía,
y sobre la última agonía de las aguas está flotando mi corazón,
señores, mi corazón.

Por favor, abridme paso, dejadme cruzar este túnel de plomo,
que quiero ser el primero en llegar con mi sangre a los muelles de
Liverpool.

Amigos, vosotros que os perfiláis como aletas de pescado
sobre las últimas esquinas de los buques;
vosotros que de cada rincón saltáis de una bodega a otra
como sapos de azufre ardiendo, como tristes pezuñas de lagarto,
para husmear el rojo carbón de las calderas,
para darle vida al hierro como al alba le dais su fruto,
para darle aliento al agua que se aleja para siempre de la tierra,
del polvo que tanto amáis tras unos ojos,
decidme que puedo soñar en vuestros rostros de ceniza
y en vuestras sucias calles de alquitrán, y en vuestros hogares de
nata corrompida,
y echar la raíz de mi sangre como un ancla sobre vuestras jurisdicciones
marítimas,
porque además de ser un hombre como vosotros, soy un poeta,
y un poeta es un corazón más sobre la niebla del mundo.
Por favor, abridme paso, que quiero ser el primero en saludar con
mi sangre vuestras sonrisas de azufre
vuestras mujeres de estopa. Por favor, abridme paso.

Imagen: Manolo Millares.

Para leer más poemas del autor:

https://poetassigloveintiuno.blogspot.com.es/2010/10/1414-jose-maria-millares-sall.html

http://www.academiacanarialengua.org/archipielago/jose-maria-millares/bibliografia/


sábado, 3 de septiembre de 2016

POEMAS PROPIOS (26) WISLAWA.

WISLAWA


Ella veía una gota de agua a punto de caer,
una gota de agua pendiendo en un teja,
una gota de agua amenazada por el sol,
una gota de agua en las puertas del crematorio.

Y desde la ventana le dirigía palabras de ánimo,
palabras de verdad reconfortantes,
palabras salvavidas al borde mismo de la muerte
para que la gota de agua pudiera resistir.

Ella salía de la casa con precipitación,
calculaba el lugar exacto en el que habría de caer,
y se ponía debajo con un brillo en los ojos
para que la gota de agua le cayera en el pelo.

Después, con la gota de agua en la cabeza,
preparaba el café, corría las cortinas,
y se sentaba a escribir un poema de amor
sobre una gota de agua rescatada in extremis.

Ella celebraba así el acontecimiento de estar vivos.


Del poemario inédito: “Homenaje”