ENTREVISTA
A LUIS JUNCO SOBRE SU ÚLTIMA NOVELA: ENTRELAZAMIENTOS
¿Puedes resumir de qué trata esta
última novela tuya y qué la diferencia de las anteriores?
Entrelazamientos rompe sobre todo con
la estructura lineal que hasta entonces había utilizado para mis historias. A
partir de un cuento (lineal) que había escrito en De amar y andar por casa, construyo un relato de cierta
complejidad. Un suceso de mi infancia es la base del cuento y también de la
novela, cuando un nuevo acontecimiento de 40 años más tarde me hace replantear
el acontecimiento inicial. Pues llego a la conclusión de que lo que lleva del
presente al pasado –y a reconstruir lo que ha sucedido entre los dos momentos-
no es una sola línea o trama, sino que hay muchas historias cuyo entrelazamiento lleva de uno a otro.
Historias que en ocasiones aparecen muy separadas e independientes pero que en
ciertos momentos se unen en una “causalidad” que sorprende. El conjunto de esas
historias da una visión del acontecimiento inicial muy diferente y muy
completa.
¿Ese acontecimiento inicial al
que te refieres era la visita de un fantasma a la casa en que vivías de niño
durante los domingos?
Sí,
en nuestra casa de la calle Travieso, en Las Palmas, cuando éramos niños.
Cuando durante los domingos la familia se ausentaba de la casa, nos visitaba un
fantasma. Un fantasma que más tarde supimos que tenía que ver con los antiguos
propietarios de la casa, los marqueses de La Quinta Roja. Ese es el origen de
la novela.
¿Por qué ese título,
Entrelazamientos?
Pues
porque además de esa relación entre las historias que van apareciendo cuando
intento reconstruir aquel acontecimiento inicial, la palabra refiere a un
concepto muy preciso y profundo de la realidad física de la que todo forma
parte (incluidos nosotros), el entrelazamiento cuántico. Según este concepto,
hay partículas materiales (de las que también nosotros estamos hechos) que a
pesar de estar separadas enormemente en el espacio y en el tiempo, están
entrelazadas, de tal manera que lo que le ocurre a una influye instantáneamente
en las demás.
¿Y eso puede ocurrir con,
digamos, historias humanas?
Entiendo
que esa es la idea que está en el fondo de esta novela y no como una
especulación gratuita, sino fundamentada. De hecho, en el primer capítulo
intento resumir de la manera más clara y concisa que he podido las bases de esa
teoría de la realidad y de la que se deriva la ficción que escribo. La estructura de esto último (lo que escribo)
es en muchos aspectos reflejo de aquello.
Por ejemplo, esa suma de historias que componen la novela me parece
reflejar la idea del físico teórico y premio Nobel Richard Fenyman y sus
múltiples historias, según la cual si una partícula tiene cuatro posibilidades
para ir de A a B, el resultado correcto solo se obtiene al sumar las cuatro
historias a la vez, cada una con un "peso" que representa la
probabilidad de que ocurra cada historia.
¿Y no temes que la lectura de ese
primer capítulo dedicado a la física cuántica pueda disuadir a un lector normal
a seguir leyendo?
Sí,
fui consciente de eso desde el principio. No solo eso, sino que es posible que en algún
caso me gane el calificativo de petulante, sabiondo y cosas del estilo. Pero
como digo en el inicio de la segunda parte de la novela, ese capítulo me
pareció necesario y "era lo que me pedía el cuerpo". Y además, honestamente, creo que en la mayor
parte de las veces, para que una obra merezca la pena es imprescindible el
esfuerzo del creador, pero también es necesario el del lector.
Además de en el primer capítulo,
de manera transversal la presencia de reflexiones o temas científicos están
presentes a lo largo de toda la novela.
¿Por qué y a qué crees que se debe el rechazo de algunos lectores a esos
temas "no literarios"?
Porque
creo que en la estructura de la realidad de la que formamos parte no existe esa
división entre las ciencias y las letras. Ambas forman parte inseparable del
mismo entramado. La división es resultado de una evolución cultural
especialmente occidental y la seguimos padeciendo a día de hoy. Y por otra
parte porque creo en el potencial "poético" de temas considerados
científicos y casi siempre soslayados en la literatura.
En
cuanto al rechazo, me parece que obedece a varias causas. Una de ellas procede
de los propios humanistas, que consideraban la intrusión de las ciencias en
ciertos temas, hasta entonces objeto de la atención de los poetas, poco menos
que un sacrilegio. A tal respecto hay que recordar el ataque del poeta John
Keats contra Newton, cuando éste puso de manifiesto la realidad física que está
detrás de un arcoíris. Para Keats, Newton había acabado con el misterio. Otras causas
tienen que ver con los temas científicos en sí mismos y nuestra capacidad de
aprehender la realidad. Durante millones
de años la selección natural nos ha dotado de una estructura cerebral capaz de
elaborar intuiciones certeras sobre la realidad más inmediata. Pero temas como
la mecánica cuántica, la cosmología actual y la propia selección natural son
muy recientes y no ha habido tiempo para crear la adecuada
"circuitería" cerebral que nos ayude a entenderlos. Requieren mucho
esfuerzo y adaptar herramientas hechas para otras cosas para poder
comprenderlas, y por eso se rechazan.
Volviendo a la estructura de la
novela, en ella distinguimos dos partes bien diferenciadas. Una primera en la
que narras esas diferentes historias que confluyen en la historia inicial, la
del fantasma. Pero en la segunda parte
todo tu esfuerzo se centra en el propio proceso de búsqueda o investigación.
Así
es. En la primera parte, y como se ha
dicho, se narran historias separadas en el tiempo y en espacio -Las Palmas,
1957, 1870, 2011; Fuerteventura, 2011, 1740, 1770; Tenerife, 2012, 1709, 1840-,
pero todas con un nexo de unión y que apuntan
a Diego Ponte del Castillo, octavo marqués de La Quinta Roja. La extraña muerte
de la madre de este último, doña Sebastiana del Castillo, me lleva a una
investigación tan extensa en personajes y temas de interés, y tan entrelazada
con el núcleo principal de la historia, que decidí narrarla en forma de diario
de investigación.
Resulta sorprendente la cantidad
de documentos, personajes, lugares en los que realizas la investigación. Por
solo aludir a estos últimos, tengo anotados: Las Palmas, Santa Cruz de
Tenerife, Garachico, Puerto de La Cruz, La Orotava, Puerto Lajas, La Oliva,
Tuineje, Ciudad Real, Collado Villalba, Córdoba, los Archivos Federales de
Suiza... ¿Cómo se puede lidiar con toda esta información recogida en dos años?
Creo
que la época y elaboración de esta segunda parte, entre 2011 y 2013, fue la más
enriquecedora para mí. Sí, consulté con muchas personas, revisé muchos
documentos, visité muchos lugares con un objetivo determinado. Pero incluso en
otros lugares y con otras personas con las que me relacionaba por esa época,
pareciera como si llevara en la cabeza un GPS y un detector especial que
sorprendentemente me llevaban a una información esencial sobre lo que estaba
escribiendo. Por ejemplo, ¿cómo explicar que estando en la consulta de un
médico en Las Palmas casualmente echara mano de una revista en la sala de espera
y allí leyera que la persona encargada del catering
del Zoo de Londres en el año 1903 era el señor Charles Humberset, persona
cuyo paradero en esa época me atormentaba? En muchas ocasiones la información
la buscaba y recopilaba de una manera muy sistemática. Pero también había
épocas de absoluta falta de información, de desaliento, de desesperación;
milagrosamente quebradas por "milagros" como el que he descrito aquí.
Otros los narro en el libro.
¿Y cuál fue tu criterio para
seleccionarla y ordenarla para generar una narración coherente?
En
principio el orden fue cronológico y atendiendo a lo que descubría cada día.
Pero luego, cuando la información se acumulaba, decidí narrar según cuatro o
cinco temas de interés: Descendientes, La Casa Amarilla, Los Archivos Suizos...
Lo
de la selección fue algo más complicado, pues había que distinguir entre lo que
era útil para mí y útil para la narración y para el lector. En este sentido, en
un momento determinado tuve en mi poder 350 páginas de un expediente de los
Archivos Federales Suizos sobre un personaje importante en la narración. Pero
eran esencialmente un expediente sobre un trámite burocrático. Mi primera
intención fue desecharlo; pero luego pensé que lo que le ocurría a este
personaje a causa de la burocracia daba mucha más luz a su destino y resumí
esas páginas al máximo intentando no perder la esencia. Aun así resultaba un
relato muy extenso de cara al lector. Y
en esto, como en otros aspectos esenciales del contenido del libro, vino en mi
ayuda mi editor y amigo Emilio Gavilanes. Él me aconsejó que aunque otras
personas me dijeran que era extenso, lo dejara como estaba, pues el tono de
ironía con que yo describía todo el asunto, no solo lo hacía muy llevadero para
el lector, sino daba sentido a todo el conjunto.
Y puede resultar una pregunta
reiterada, ¿qué de ficción y realidad hay en la novela?
Remedando
a un reconocido político de actualidad que preguntado sobre un asunto de
corrupción que afectaba a su partido respondió "Todo es falso, salvo
alguna cosilla", yo diría lo contrario.
De todas formas, entiendo que lo importante es si el conjunto resulta
verosímil. Como también se dice en el libro a propósito de esto, lo que sea
verdad o ficticio es lo menos relevante.
Bibliografía
del autor:
En
algún lugar del océano sigue escondida América, 1983.
Barranco
viejo, 1986.
El
asesino de Adelfas y otros crímenes de provincia, 1995.
Las
cartas americanas de Prudencio Armengol, 1999.
Primera
santología. Cuentos escogidos sobre personajes elevados, 2004.
Una
carta de Santa Teresa, 2005.
De
amar y andar por casa, 2007.
La
cruz del inglés, 2008.
Viejas
cartografías de amor, 2009.
Días
de lluvia, 2014.Entrelazamientos, 2016.
Interesantísima entrevista. Aunque, con la amabilidad, la modestia y la discreción que le caracteriza, Luis hable de mi ayuda, debo aclarar que mi participación en este extraordinario libro ha sido mínima. Completamente de acuerdo, Luis, en resaltar las posibilidades poéticas de la ciencia. Cuando yo estudiaba Físicas, uno de mis libros favoritos era uno titulado Física para poetas. Volviendo a Entrelazamientos, quien no lo haya leído no creo que encuentre ahora mismo una lectura más recomendable.
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