miércoles, 31 de mayo de 2017

POEMAS PROPIOS (58) CUANDO LA MAR...

CUANDO LA MAR SE DESPIERTE…


Cuando la mar se despierte
y comprenda que te has ido,
pondrá rumbo hacia el olvido.
Es decir, hacia  la muerte.

Y cuando alcance su meta
y no logre dar contigo
quedará como testigo
el agua vencida, quieta.

Ya no se despertará
ni esperará tu venida,
acabada la partida
su sangre se secará.

En un funeral de peces
un llanto sobrevenido,
y el encargo en diferido
de un rezo para que reces.










sábado, 27 de mayo de 2017

SOBRE LA POESÍA (17) ARTES POÉTICAS. EDUARDO LIZALDE.

EDUARDO LIZALDE. MÉXICO.1929


PROSA Y POESÍA

La prosa es bella
-dicen los lectores-.
La poesía es tediosa:
no hay en ella argumento,
ni sexo, ni aventura,
ni paisajes,
ni drama, ni humorismo,
ni cuadros de la época.
Eso quiere decir que los lectores
tampoco entienden la prosa.


miércoles, 24 de mayo de 2017

POEMAS PROPIOS (57) ACLARACIONES.

ACLARACIONES

Para que no te amules te lo digo
y que al saberlo no te quepa duda
ni vayas a vestirte muy de oscuro
zurciéndote ya en vano las heridas
allí en el corazón o entre los ojos.

Para que una vez dicho y tú enterada
no puedas colegir ni ensombrecerte
de manos o de lunas o de pechos
y que hagas por volar y no presientas
que te tira del alma el cuerpecito.

Para que quede claro y sin tapujos
te celebres la vida y desemboques
o lluevas si es el caso o te acurruques
allá entre tus corales, tus memorias,
tu cielo de papel, tus cicatrices.


Imagen: Marius Markowski


domingo, 21 de mayo de 2017

POEMAS PROPIOS (56) CÁLCULOS.

CÁLCULOS


Ejercitar el arte de la espera,
sin precipitación,
serenamente.

Mas mientras esperamos
sería aconsejable
hacer una señal.

Abrir mucho la boca,
empeñar la palabra,
imaginar la orilla.

Erguirse,
alzar el puño,
sacudir los hombros.

No vaya a suceder
que, adormecidos,
de no se sabe dónde
nos rompa el corazón un golpe seco.






jueves, 18 de mayo de 2017

GRANDES POETAS (47) LEOPOLDO MARÍA PANERO. EL LOCO MIRANDO DESDE LA PUERTA DEL JARDÍN.

LEOPOLDO MARÍA PANERO

EL LOCO MIRANDO DESDE LA PUERTA DEL JARDÍN.

Hombre normal que por un momento
cruzas tu vida con la del esperpento
has de saber que no fue por matar al pelícano
sino por nada por lo que yazgo aquí entre otros sepulcros
y que a nada sino al azar y a ninguna voluntad sagrada
de demonio o de dios debo mi ruina.

Del libro: Poemas del manicomio de Mondragón. (Hiperión, 1987)

Para leer más poemas del autor:




miércoles, 17 de mayo de 2017

POEMAS PROPIOS (55) TENDIENDO PUENTES.

TENDIENDO PUENTES


Bajo uno de los  puentes de la ciudad
un hombre habla o susurra.
Para la noche fría  para sí mismo que habla
y mientras habla se está bebiendo también para sí mismo
una parte del mundo donde habita la mujer
de la que todos hablan o susurran.

Se cuenta que la mujer para sí misma
habla o susurra igual que el hombre
sobre cruces tormentos y papeles
aunque no se precisa dónde fue que se extraviaron
ni si fue que la lluvia los deshizo
y es por eso que no podían identificarse.

El hombre bajo el puente no acierta a contestar
por eso es que lo zurcen lo rompen lo apalizan
por el asunto de hablar o susurrar según se mire
y también por el asunto de las palomas enfermas
que acuden a posarse en los pechos de la mujer.

Así los dos de cara a la pared amaguaditos
sin nombre que ponerse y sin papeles
porque se deshicieron bajo la lluvia
o porque los utilizaron para cobijar a las palomas
o simplemente porque se los comieron
cuando la hambruna asolaba como una maldición.

Una mujer y un hombre bajo uno de los puentes de la ciudad
arrinconados de cara a la pared y sin consuelo
hablando o susurrando oyendo extrañas voces
buscándose y cogiéndose las manos el corazón los ojos
haciéndose cruces dándole de comer a las palomas enfermas
así agarraditos para no acabar de morirse desangrados
en medio de tanta oscuridad y sin un mal papel que llevarse a la boca.

lunes, 15 de mayo de 2017

SOBRE LA POESÍA (16) ARTES POÉTICAS: JOSÉ EMILIO PACHECO.



ARTES POÉTICAS

JOSÉ EMILIO PACHECO.


FÓSIL Y VOLÁTIL

En la gran tumba de papel
lividez amarilla que se desgarra al contacto,
entre ruinas proliferan de lo que fue
un día en la vida,
un momento entre los momentos,
encontré un fósil que aún emitía bajo el Carbono 14
cierta señal aunque muy leve de vida.

Fue mi primer poema de hace mil años.

Quise leerlo desde otro planeta,
desde el desconocido impensable que salió de allí sin
embargo
-y aún no se cura de espanto.

Sentí ganas de ver qué me decía,
cuál recado póstumo
escribí otro yo mismo sin darme cuenta en aquel
entonces.
Y me acerqué intrigado y, qué más da, emocionado.(1)

Pero la hoja volátil abrió las alas.
Se quebró ante mis ojos.
Y ya herida de muerte dejó en la nada
un reguero de polvo o polen.


(1) César Vallejo, Poemas Humanos.

sábado, 13 de mayo de 2017

POEMAS PROPIOS (54) DERIVA.

DERIVA


Cuando deja la tarde
de luchar y se dobla
y le cierra los ojos
en el borde mismísimo
en el alma mismísima
en las manos de nieve.

Un desfile en penumbra
de pájaros gorriones
piándole en la ingle
para saciar la sed.

 Un caracol sonámbulo
sigiloso se arrastra
por la orilla del sueño;
un enjambre estrellas.

Y el alba que resurge
 sin norte, dando tumbos;
las últimas noticias,
el sabor del café,
el eco del olvido.

Imagen: Salvador Dalí.










viernes, 12 de mayo de 2017

LECTURAS RECOMENDADAS: LOS VERSOS PERDIDOS DEL CONTRAMAESTRE DEL ARCA. PEDRO FLORES.

LOS VERSO PERDIDOS DEL CONTRAMAESTRE DEL ARCA

AUTOR: PEDRO FLORES.

EDITORIAL: MACLEIN Y PARKER

MIRTO POESÍA. SEVILLA, 2017


EL DILUVIO Y LA DESOLACIÓN

Recién editada la espléndida antología “Salir Rana” en una cuidada selección del poeta Vicente Gallego, Pedro Flores vuelve a sorprendernos con la aún más reciente publicación de Los versos perdidos del contramaestre del arca.

La imagen bíblica del diluvio universal como sinónimo de deshumanización  y pérdida de la dignidad del hombre sometido  a un proceso de imposiciones que conduce a la desolación, a la uniformidad y domesticación como elementos de control que dificultan en gran medida vivir en plenitud ejerciendo libremente las capacidades inherentes a la especie:
Todas las bestias emparejadas, /todas las criaturas de dos en dos. /Pero tú y yo…qué lástima: yo/en la proa oteando el horizonte/ y tú en la popa mirando el desastre.

La ironía, ese recurso tan magistralmente utilizado por el autor, cada vez más sutil, cada vez más desgarradora, más incisiva e inquietante.

Ese “viaje” obligado bajo la lluvia intensa en el que el miedo, la zozobra, el horror, llevan a tomar conciencia del peligro que acecha, la ruptura del equilibrio, la posibilidad de la aniquilación.

Poemas que se suceden con las palabras precisas, sin adornos o metáforas más o menos artificiales, sin que uno tenga la impresión de que algo sobra o de que algo está siendo utilizado como parte de un juego poético. No hay juego, sino vivencia; no hay florituras sino sabia y precisa combinación de palabra, ritmo y tono.

Un “Ulises” que viaja sin la protección de los dioses, que experimenta la soledad y se ve impedido de vivir el amor porque su esencia ha sido desvirtuada por la reiteración de los hechos:
La leona y el león, /el perro y la perra, /…/Y yo sin ti bajo la lluvia.

Una cierta impotencia que conduce a la desolación y al llanto. La misma desolación que viven en estos tiempos tantos seres humanos que tratan de buscarse la vida viajando en sus “maltrechas arcas” con el temor de no saber si llegarán a tierra o “desaparecerán” entre las aguas oceánicas en el intento:
Fueron mis ojos/ ayudantes de la lluvia.

El amor como único posible antídoto a la despersonalización y la desesperanza:
Te buscaré/entre las ruinas del desastre, /miraré cara a cara a cada ahogada/hasta encontrar tus párpados azules/ y poblaremos el mundo/de quiméricos seres, / tu recuerdo y yo.

“El compromiso del contramaestre” que, contra la evidencia de los hechos, alberga sueños de otra vida posible. Pérdida y rebeldía, desolación y esperanza.


GRANDES POETAS (46) CONSTANTINUS KAVAFIS. IDUS DE MARZO.

CONSTANTINUS KAVAFIS

IDUS DE MARZO

Las grandezas teme, oh alma.
Y si vencer tus ambiciones
no puedes, con cautela y reservas
síguelas. Y cuanto más adelante vayas,
sé más observador, más cuidadoso.
Y cuando a tu apogeo llegues, César ya;
cuando tomes figura de hombre famoso,
entonces cuida especialmente al salir a la calle,
dominador insigne de séquito acompañado,
si acierta a acercarse, desde la multitud
algún Artemidoro, que lleva una carta,
y dice apresurado “Lee esto inmediatamente,
son cosas importantes que te interesan”,
no dejes de detenerte; no dejes de postergar
cualquier conversación o tarea; no dejes de apartar
a las variadas personas que te saludan y se prosternan ante ti
(las puedes ver más tarde); que espere incluso
el Senado mismo, y conoce al instante
los graves escritos de Artemidoro.

Para leer más poemas del autor:

http://amediavoz.com/cavafy.htm


sábado, 6 de mayo de 2017

POEMAS PROPIOS (53) PALMO A PALMO.

PALMO A PALMO


El viento se cebaba con la parte
más débil de sus ojos;
quizás una vendetta,
tal vez sicario a sueldo
o cómplice o verdugo.

Pero salvo esa parte que el viento acorralaba
hiriéndola en el iris,
surcándole la frente,
cerrándole la boca,
sus ojos no cedían.

Sus ojos lanceaban la amargura,
atravesaban muros,
cercaban a las sombras,
encaraban azotes
de silencios y olvidos.

Sus ojos se ganaban la vida palmo a palmo.



Imagen: Suhair Sibai.


jueves, 4 de mayo de 2017

TRADUCCIONES PROPIAS (3) LAS VÍCTIMAS. SHARON OLD.

SHARON OLD, 1943


 LAS VÍCTIMAS

Cuando mamá se divorció de ti, estábamos felices. Ella lo soportó
y lo soportó en silencio, todos esos años y luego
te echó, de improviso, y sus hijos
estaban encantados. Después te despidieron y nosotros
sonreíamos por dentro. Del modo que sonreía la gente
cuando el helicóptero de Nixon despegó de South
Lawn por última vez. Nos hacía gracia
pensar que te habías quedado sin  oficina
y te habían quitado las secretarias,
y los almuerzos con tres whiskies dobles,
los lápices, las resmas de papel. ¿Se llevarían
también tus trajes, esos oscuros
cadáveres colgando del armario? ¿Y las negras
puntas de los zapatos con anchos poros?
Ella nos había enseñado a soportarlo, odiarte y soportarlo
hasta que presionamos con ella por tu
aniquilación, Padre. Ahora
paso por delante de los vagabundos en las puertas, las blancas
babosas de sus cuerpos destellando por las aberturas de
sus trajes de limo compacto, las sucias
aletas de sus manos, el sumergido
fuego de sus ojos, barcos hundidos
con las luces encendidas, y me pregunto quiénes lo soportaron
y lo soportaron en silencio hasta que lo dieron todo
y no les quedó nada excepto esto.

Del poemario: The Dead and the Living.


THE VICTIMS


When Mother divorced you, we were glad. She took it and
took it in silence, all those years and then
kicked you out, suddenly, and her
kids loved it. Then you were fired, and we
grinned inside, the way people grinned when
Nixon's helicopter lifted off the South
Lawn for the last time. We were tickled
to think of your office taken away,
your secretaries taken away,
your lunches with three double bourbons,
your pencils, your reams of paper. Would they take your
suits back, too, those dark
carcasses hung in your closet, and the black
noses of your shoes with their large pores?
She had taught us to take it, to hate you and take it
until we pricked with her for your
annihilation, Father. Now I
pass the bums in doorways, the white
slugs of their bodies gleaming through slits in their
suits of compressed silt, the stained
flippers of their hands, the underwater
fire of their eyes, ships gone down with the
lanterns lit, and I wonder who took it and
took it from them in silence until they had
given it all away and had nothing
left but this.