ATENUANTES
En su descargo un lirio, un recuerdo infantil, ciertas
visiones,
la incontenible urgencia de la sangre,
una obsesión, un sueño recurrente,
lo que implica brotar de entre las aguas.
En su descargo un ave que iluminó una estrella,
una noche, la lluvia,
síntomas de arrebol,
un destello en los ojos.
En su descargo un buque que nunca alcanzó puerto,
un cruce de miradas en la hierba,
un eco con memoria de salitre,
un ignoto tremor ante lo oscuro.
En su descargo un alba que le nació en la boca,
un haz de luz, la fiebre,
una premonición, un arcoíris,
un gemido del aire.
En su descargo el molde de un casi mar de nubes,
la huella de unas manos extenuadas
llegando sigilosas a
la orilla,
la terca convicción de alzar el vuelo.
Y un lirio, un recuerdo infantil, ciertas visiones…
Imagen: Diego Rivera