viernes, 3 de junio de 2016

LECTURAS RECOMENDADAS:“SALTARÉ SOBRE EL FUEGO” WISLAWA SZYMBORSKA



LECTURAS RECOMENDADAS 
 “SALTARÉ SOBRE EL FUEGO”

WISLAWA SZYMBORSKA

NÓRDICA LIBROS. Madrid, 2015

EDICIÓN BILINGÜE

TRADUCCIÓN: Abel Murcia y Gerardo Beltrán.

PRESENTACIÓN: Juan Marqués.

Una de las características que singularizan las publicaciones de esta editorial la constituye su esmerada edición. En este caso se trata de una edición ilustrada con ilustraciones espléndidas de Kike de la Rubia. El diseño y la concepción del libro es ya de por sí una obra de arte.

Se trata de una breve antología que recoge una muestra de la obra de la autora en los años comprendidos entre 1957 y 1993, siguiendo un orden cronológico que permite ver la evolución de su proceso creativo. Aunque resulta curioso que el último poema: “Paisaje”, vuelve al año 1967, insinuando su carácter circular.

En su discurso de recepción del premio Nobel en 1996, la poeta señala:

“…Por lo anterior, estimo altamente estas dos pequeñas palabras: ``no sé''. Pequeñas, pero dotadas de alas para el vuelo. Nos agrandan la vida hasta una dimensión que no cabe en nosotros mismos y hasta el tamaño en el que está suspendida nuestra Tierra diminuta. Si Isaac Newton no se hubiera dicho ``no sé'', las manzanas en su jardín podrían seguir cayendo como granizo, y él, en el mejor de los casos, solamente se inclinaría para recogerlas y comérselas. Si mi compatriota María Sklodowska-Curie no se hubiera dicho ``no sé'', probablemente se habría quedado como maestra de química en un colegio para señoritas de buena familia y en este trabajo, por otra parte muy decente, se le hubiera ido la vida. Pero siguió repitiéndose ``no sé'' y justo estas palabras la trajeron dos veces a Estocolmo, donde se otorgan los premios Nobel a personas de espíritu inquieto y en búsqueda constante”.

Toda una declaración de principios. Esa avidez por conocer, por descubrir, por despojarse de concepciones preconcebidas, es lo que la convierte en una observadora excepcional. Actitud esta que, junto a una extraordinaria sensibilidad y un perfecto dominio del lenguaje poético, explican el eco que su obra ha encontrado en lectores de todo el mundo.

El título escogido para esta breve antología corresponde a un verso del poema: “Nacido”, del poemario: “De mil alegrías-un encanto”

Procreadora del hombre
con el que saltaré sobre el fuego.

No es casual puesto que destaca una de las características de la poesía de la autora: su apuesta por la fantasía, por los juegos infantiles, por los cuentos para niños. Ese mundo de desinhibición e inocencia, de frescura y espontaneidad tan propicio al asombro.

En:  Llamando al Yeti, primero de los poemarios seleccionados en la antología, ya podemos comprobar otro de los rasgos distintivos de la obra de Wislawa Szymborska, su idea de la fugacidad, ese concepto de Heráclito que aparece con reiteración a lo largo de su proceso creativo. En el poema: “Nada dos veces”:

Nada sucede dos veces
ni va a suceder, por eso
sin experiencia nacemos,
sin rutina moriremos…

La imaginación como motor que da impulso a la vida, que la proyecta, que la enriquece y nos enriquece:
En Momento en Troya, del poemario: Sal, 1962
…a la hora de la comida,
a la hora de la lectura,
en los grandes guardarropas de un-abrir-y-cerrar de ojos
se trasforman en hermosas Helenas…

La casualidad, lo imprevisible, ese pequeño detalle que puede marcar nuestro destino.
En Si acaso, del poemario: Si acaso, 1975
Te salvaste porque fuiste el primero.
Te salvaste porque fuiste el último.
Porque estabas solo. Porque la gente.
Porque a la izquierda, porque a la derecha…


La ironía, la reivindicación de lo efímero, de lo casi imperceptible, de las pequeñas cosas, los asuntos cotidianos. Pero también los grandes asuntos: la guerra, su sinsentido, el odio, la avaricia.

La defensa del individuo, el rechazo a la masa como susceptible de ser manipulada, dirigida, cosificada.

Estos constituyen algunos de los mimbres con los que la autora crea su poesía. Con un ritmo lento, pausado; en un tono próximo coloquial, como si nos estuviera hablando al oído. Una poesía desnuda de alardes retóricos o estructuras muy complejas, pero de hondo calado, como una llovizna que parsimoniosamente nos empapa y es gozoso el sentimiento que se experimenta. La emoción contenida, como se observa en el poema: Un gato en un piso vacío. En realidad, una elegía a su compañero de toda la vida:


Morir, eso no se le hace a un gato…

Se oyen pasos en la escalera,
pero no son esos.
La mano que pone el pescado en el plato
tampoco es aquella que lo ponía.

Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.

Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está…


Una poesía que, sin embargo, apuesta por la vida, por el asombro, por la esperanza. Casi al final del discurso antes aludido podemos leer, o mejor oír:


…El mundo, a pesar de cualquier cosa que podamos pensar sobre él, espantados por su inmensidad y nuestra impotencia ante él, amargados por su indiferencia frente a los sufrimientos particulares de la gente, de los animales y tal vez de las plantas -ya que ¿de dónde proviene la certeza de que las plantas están libres de sufrimientos?-; a pesar de cualquier cosa que pensemos sobre sus espacios atravesados por la radiación de las estrellas, alrededor de las cuales se empieza a descubrir algunos planetas -¿ya muertos?, ¿todavía muertos?, no se sabe-; a pesar de cualquier cosa que pensáramos sobre este teatro inmenso, para el cual tenemos un billete de entrada pero su vigencia es ridículamente corta, limitada por dos fechas decisivas; a pesar de no sé qué cosa más que pudiéramos pensar sobre este mundo: es asombroso…

           
Asombrosa es también la poesía de nuestra autora tan acertadamente seleccionada en esta antología: “Saltaré sobre el fuego”

Para saber más: