NO- HAIKU
JOSÉ MARÍA MILLARES SALL
CALAMBUR, 2014
No-Haiku es un poemario exquisito
en el que el mecanismo de imagen-palabra-imagen constituye un eje vertebrador
que, sin solución de continuidad, nos transporta magistralmente por el mundo
interior y exterior del poeta. Es asimismo, una muestra más de una de las
cualidades sobresalientes de José María Millares: su versatilidad.
Tal y como él mismo confiesa en
el prólogo al libro Cuadernos, hay un
momento en su proceso creativo, en el que decide:… “escribir como quería, o como me daba la gana, sin pensar si lo que
hacía era o no del gusto del lector. Y fue así como comencé a llevar a la
práctica lo que ahora escribo /…/ escritura anárquica que, a veces sin
buscarlo, hace uso de lo esperpéntico, de lo onírico, del surrealismo, si bien
mi poesía es básicamente existencial.”
El autor de Liverpool, parece
sentirse así liberado de todo estereotipo, de todo condicionante externo, de
toda sujeción que no sea la que sus propias necesidades creativas vaya
dictándole.
NO-HAIKU
No-Haiku es, como decía arriba,
una demostración palpable de la incesante búsqueda de cauces por donde hacer
transcurrir todo su caudal poético. También de la maestría alcanzada por José
María Millares. En este excelente poemario destacamos tres procesos que se
suceden: percepción, reflexión y elaboración.
La percepción del propio ser
humano: sus emociones, su presencia en la ausencia, su recuerdo, su sombra que
se extiende y se detiene, los ojos que se abren y se cierran, su tacto, su
sabor; percepción del mundo animal: pájaros: su belleza, su canto, su mudez, su
vuelo; serpientes, su inquietante zigzagueo; pulpos de alas negras, gatos
tuertos, lobos blancos; percepción de la naturaleza: camino que grita, ola que
rueda, viñas dormidas, viento oculto; percepción del paso del tiempo: sus
estragos, su fugacidad…Nada escapa a la mirada del poeta, nada a su
imaginación, nada a su asombro, nada a su sensibilidad, nada a su arte.
La reflexión sobre el sentido de
la vida, el espacio que nos conforma, el recuerdo del otro que nos habita, que
nos acompaña; la palabra, testigo que deja rastro de nuestra presencia, la
unidad y lucha de los contrarios: luz y sombra, pasado y presente, presencia y
ausencia, realidad y deseo, celebración y duelo, vida y muerte, oponiéndose,
complementándose, enriqueciéndose en una síntesis fecunda.
La elaboración magistral de lo
percibido. El dominio de la forma y sus variantes: el uso intencionado del
punto y seguido en mitad del verso, la pausa obligada, el uso de la rima tanto
asonante como consonante, la música versal acompasada y condensada, la ausencia
de signos en otros poemas, la prolongación de la imagen. Siempre con la misma
medida pero marcando distintos tonos. Toda una lección de artesanía poética.
Un apasionante recorrido hacia el
exterior, fundiéndose en él; y hacía el interior, conjeturando, fijando
sensaciones, sentimientos. Si la poesía sólo puede definirse a través de los
poemas en los que se refleja, No-Haiku es un ejemplo excelente de definición
poética en su plasmación más lograda.
…Y sobre la
última agonía de las aguas está flotando mi corazón,
señores, mi
corazón.
Traigo a colación estos versos del poemario Liverpool
porque, como si de un certificado de autenticidad se tratara, tantos años más
tarde, en No-Haiku el corazón del poeta sigue flotando y su latido se escucha
con una intensidad inusitada.