ACONTECERES
Acontece la lluvia y un cormorán ahogándose en la orilla
y el mar que no da avío acontece también
y las sirenas abandonadas de la mano de Dios
a la intemperie con los pechos estropeados por el salitre.
Acontece el hambre en el profundo silencio de la noche,
la sombra de unos pájaros en busca de una rama
donde poder posarse porque vienen volando de muy lejos
y exhausto el cuerpecito no les da para más.
Acontece la sed y la fatiga en la inmensa llanura
y el diluvio acontece como una maldición y el tiempo
inexorable
con sus lagunas y sus muchos olvidos y unos ojos
contaminados por la gangrena de la nostalgia.
¿Y quién va ahora a glosar el efecto balsámico del
horizonte,
qué guerrero vendrá para hacerle una ofrenda
a la mujer que mira a ningún sitio y acontece?
Acontecen las dilatadas manos
donde se juntan los recuerdos romos
como la boca de la mujer que ya no quiso hablar
desde que el frío se le extendió por las axilas.
Acontece en la hierba el rastro de la sangre derramada
y el cielo tan azul y una promesa rota desnucándose
y el vaivén de los cuerpos impulsados por la marea.
Acontece la vida, sus ritos, sus costumbres,
temores ancestrales, animal en acecho
pugnando entre la bruma, columbrando en lo oscuro,
jugándose a una carta el desmedido afán de pervivencia.
Imagen: Max Ernst