martes, 28 de marzo de 2017

POEMAS PROPIOS (46) A MIGUEL HERNÁNDEZ.

A MIGUEL HERNÁNDEZ


Conspiran para cegarte
el brillo de la mirada,
para que la madrugada
sólo puede celebrarte
la pasión acorralada.

Conspiran para apagarte
la voz firme y torrencial,
para que un cerco infernal
cuando quieras levantarte
te condene a claudicar.

Ya se vienen por el monte
todos los niños yunteros,
los bravos aceituneros
ya cruzan el horizonte:
no morirás prisionero.

Conspiran para borrarte
para siempre de la tierra,
para que, botín de guerra,
nadie consiga curarte
la herida que no se cierra.

Conspiran para arrancarte
el afán y la alegría,
para que la luz del día
no asome para librarte
de esa tremenda agonía.

Ya se vienen por el monte
todos los niños yunteros,
los bravos aceituneros
ya cruzan el horizonte:
no morirás prisionero.

¿Quién arrincona la brisa?
¿Quién amordaza una idea?
¿Quién detiene una marea
de sueños que se divisa
y prende como la brea?

En hinojos y azucenas,
como esculpido a cincel,
brilla tu nombre, Miguel,
perito de lunas llenas
y heredero del clavel.

Ya se vienen por el monte
todos los niños yunteros,
los bravos aceituneros
ya cruzan el horizonte:
no morirás prisionero.

Imagen tomada de la página: “El castillo de Kafka”




lunes, 27 de marzo de 2017

TRADUCCIONES PROPIAS (2) THE BODY. CHARLES SIMIC.

CHARLES SIMIC. Belgrado, 1938.


EL CUERPO (1971)

Este último continente
todavía por descubrir.

Mi mano está soñando, construyendo
su nave. De tripulación lleva
un paquete de huesos, de provisiones
una botella de cerveza llena de sangre.

Conoce la brisa que sopla del norte.
Con la brisa del oeste
cada noche navegará hacia el este.

El perfume de tu cuerpo mientras duerme
son los pájaros terrestres avistados en el mar.

Mi tacto está en el mástil más alto.
A las cuatro de la madrugada suplica
para que se encienda una linterna
en el borde del mundo.

Versión de José Miguel Junco.



THE BODY (1971)

This last continent
Still to be discovered.

My hand is dreaming, is building
Its ship. For crew it takes
A pack of bones, for food
A beer-bottle full of blood.

It knows the breath that blows north.
With the breath from the west
It will sail east each night.

The scent of your body as it sleeps
Are the land-birds sighted at sea.

My touch is on the highest mast.
It cries at four in the morning
For a lantern to be lit
On the rim of the world.


sábado, 25 de marzo de 2017

POEMAS PROPIOS (45) QUE TRATA DE LOS LÍMITES...

QUE TRATA DE LOS LÍMITES QUE IMPONE EL EQUILIBRIO

La mano izquierda, en sí tan altruista,
tan dada a mantener la compostura,
optó por ya no hablarse ni palabra
con la siempre sagaz mano derecha.

Y el cuerpo ya no pudo por más tiempo
guardar el equilibrio necesario,
ni pudo decidirse, pese a su inclinación,
así sin más por una o por la otra.

No que la mano izquierda, tan dada a la caricia,
pujara por romper al cuerpecito,
le abrumara de pronto la conciencia de clase,
ya no tragara más en el consenso.

Lo que ya no admitía era la actitud de la mano derecha,
tan dada a las excusas y tan cómplice,
mirando de ocultarse en el bolsillo
en tiempos de ruindad con los más débiles.

Imagen: Eduardo Kingman.














jueves, 23 de marzo de 2017

GRANDES POETAS (42) BLANCA ELENA PANTÍN

BLANCA ELENA PANTIN. VENEZUELA 1957


Un hombre entra al vagón con una lámpara abrazada
otro le cede el puesto
El hombre de la lámpara
se sienta y la abraza
Es una escena de una fragilidad delicada
no es común
en todo caso
que un hombre ceda a otro su lugar

para que otro cuide lo que lleva en el regazo.


martes, 21 de marzo de 2017

POEMA PROPIO (64) POESÍA.

 POESÍA

Por los pulidos bordes del más bello poema
con la mirada atónita febril el hambre ulula.
En el último verso vibra el canto de un cisne.


Imagen: Oswaldo Guayasamín.


viernes, 17 de marzo de 2017

GRANDES POETAS (41) DEREK WALCOTT

DEREK WALCOTT


MAÑANA, MAÑANA


Recuerdo las ciudades que nunca he visto
exactamente. Venecia con sus venas de plata, Leningrado
con sus minaretes de toffee retorcido. París. Pronto
los impresionistas obtendrán sol de las sombras.

¡Oh! y las callejas de Hyderabad como una cobra desenroscándose.
Haber amado un horizonte es insularidad;
ciega la visión, limita la experiencia.
El espíritu es voluntarioso, pero la mente es sucia.
La carne se consume a sí misma bajo sábanas espolvoreadas de migas,
ampliando el Weltanschauung con revistas.

Hay un mundo al otro lado de la puerta, pero qué inquietante resulta
encontrarse junto al propio equipaje en un escalón frío cuando el alba
tiñe de rosa los ladrillos, y antes de tener ocasión de lamentarlo,
llega el taxi haciendo sonar una vez la bocina,
deslizándose hasta la acera como un coche fúnebre—y subimos.


miércoles, 15 de marzo de 2017

POEMAS PROPIOS (44) QUE NO PRETENDA LA MUERTE...

QUE NO PRETENDA LA MUERTE…


Que no pretenda la muerte quedarse a dormir conmigo,
que no finja ser mi sombra, que no se acueste a mi lado;
ni yacerá entre mis sábanas ni en mí encontrará un aliado,
no cederé a sus antojos, seré su eterno enemigo.

En mí no hallará refugio, ni hospitalidad, ni abrigo,
se ponga mirando al techo o se ponga de costado
la trataré con desdén, la rechazaré indignado,
que no pretenda la muerte quedarse a dormir conmigo.

No le voy a consentir que duerma en mi compañía
ni a dejar que se insinúe o que se quite la ropa
ni de su astucia y embrujos aceptaré ser testigo.

Ni voy a darle la mano ni la besaré en la boca
ni admitiré la artimaña de su fingida alegría.
Que no pretenda la muerte quedarse a dormir conmigo.


 Imagen:Mark Rothko






LECTURAS RECOMENDADAS: SIETE CASAS VACÍAS. SAMANTA SCHWEBLIN.

SIETE CASAS VACÍAS

(Premio de Narrativa Breve Ribera del Duero)

AUTORA: SAMANTA SCHWEBLIN

Editorial: Páginas de Espuma. Madrid, 2015.

LOS SINUOSOS LÍMITES DE “LA NORMALIDAD”

B: Es lindo, sí, pero apenas lo suficientemente grande para una persona, o bueno, dos personas que sean realmente cercanas.
A: ¿Conoces a dos personas realmente cercanas?
                                                       
                                            Andy Warhol. La filosofía de Andy Warhol.


Ésta es una de las citas que sirven de pórtico a este libro de relatos de Samanta Schweblin del que tuvimos noticias a través de Mac, el personaje principal de “Mac y su contratiempo” de Enrique Vila-Matas. Una de los aspectos más apasionantes de la experiencia lectora consiste, cuando se hace posible, en ir tirando del hilo de la madeja de autores que los personajes, como es el caso, o el propio autor de la novela que estamos leyendo, cita, directa o indirectamente, como referencias de su propio proceso creativo.

Tirando de ese hilo llegamos a los originales y perturbadores relatos de “Siete casas vacías”. Resulta poco objetivo como criterio. No obstante, en nuestra experiencia lectora tiene una especial relevancia la constatación de que, ya desde el primer relato, resistimos el efecto de la ley de la gravedad. No que ésta no se cumpla, sino que oponemos resistencia a su cumplimiento sujetando firmemente el libro, sin duda porque hemos quedado atrapados en la trama y eso genera una expectativa que nos lleva a continuar leyendo con avidez.

Inquietante, perturbador, no exento de mordacidad e ironía, el modo en que la autora refiere en “Nada de todo esto” la lucha entre madre e hija por establecer los límites de “la normalidad” en una visita, una de tantas, a ver casas ajenas. El símbolo del azucarero y el modo en que la hija reacciona ante el requerimiento de la dueña de la casa invadida, deja ese sabor de desconcierto y admiración que suelen dejar las buenas historias. Algo que nos traspasa, nos conmueve, nos cuestiona y nos propende a la empatía con esa madre obsesionada con visitar una y otra vez casas ajenas:

— ¿Qué es lo que estás haciendo, mamá?
— ¿Cómo que qué estoy haciendo? —su estupor parece sincero.
—Sé exactamente qué es lo que estamos haciendo, pero acabo de darme cuenta de lo extraño que es. Mi madre no parece entender, pero responde, así que sabe a qué me refiero.
—Miramos casas —dice.

 Desconcertante, (aquí el humor, un humor peculiar, resulta un recurso cuya gradación va condicionando el desarrollo de la trama), resulta la lectura de “Mis padres y mis hijos”. Una historia en la que de nuevo los límites entre lo normal y lo anormal se diluyen generando esa sensación de desconcierto a la que aludimos anteriormente. ¿Qué es lo políticamente correcto? ¿Qué es la normalidad? ¿Qué condicionamientos e inhibiciones nos impiden aceptar ciertas actitudes de los otros? ¿Quién o quiénes son realmente los “anormales”? :

El caniche aparece llorando por lo bajo con la cola entre las patas. Marga lo alza y, mientras el perro la lame, ella frunce la nariz y le dice: «michiquititingo-michiquititingo». Charly la mira con la cabeza inclinada, quizá solo intenta entender. Entonces ella se vuelve en seco hacia él, alarmada, y dice: —
¿Dónde están los chicos?
—Estarán detrás —dice Charly—, en el jardín.
—Es que no quiero que vean así a sus abuelos.
Los tres giramos a un lado y al otro, pero no los vemos.


Impresionante “La respiración cavernaria”, para nosotros el mejor relato si tuviéramos que establecer un orden de preferencias. Tensión dramática sostenida a lo largo de toda la narración y una vez más estudiada gradación del sentimiento de angustia hasta alcanzar transmitir la sensación de terror. Una mujer tiene una lista en la que lleva apuntado todo lo que le resulta imprescindible tener en cuenta antes de morirse. Muerte que ansía pero que, pese a su deseo, no consigue que se produzca. El dolor por el fallecimiento de un hijo y la imposibilidad de asumirlo lleva a Lola a crearse un mundo insólito de sordidez, angustia, paranoia y sospecha que la atención de su marido no solo no consigue atenuar sino que contribuye a exacerbar el ánimo de la protagonista:

LA LISTA ERA PARTE DE UN PLAN: Lola sospechaba que su vida había sido demasiado larga, tan simple y liviana que ahora carecía del peso suficiente para desaparecer. Había concluido, al analizar la experiencia de algunos conocidos, que incluso en la vejez la muerte necesitaba de un golpe final. Un empujón emocional, o físico. Y ella no podía darle a su cuerpo nada de eso.

No menos intrigantes resultan el resto de los relatos que completan el libro. Mención especial de “Un hombre sin suerte”, incluido en esta edición aunque no forma parte de la concepción original. La apariencia, la desconfianza, los recelos, la pérdida de valores, conduce a un hombre a un final aciago aunque su intención no sea otra que la de hacer que una niña se sienta feliz el día de su cumpleaños.

“Pasa siempre en esta casa”; “Cuarenta centímetros cuadrados”, y “Salir” son los títulos del resto de relatos que conforman el libro de esta autora cuya lectura nos ha resultado gratificante y que recomendamos a otros posibles lectores con el deseo de que también ellos se sientan atrapados no solo por las historias que se narran sino también por el particular modo de narrar de la autora.

DATOS DE LA AUTORA:

Samanta Schweblin nació en Buenos Aires, Argentina, en 1978. Su primer libro, El núcleo del disturbio (2002), obtuvo los premios Haroldo Conti y Fondo Nacional de las Artes. El segundo, Pájaros en la boca (2009), fue distinguido con el premio Casa de las Américas y traducido a trece idiomas. Becada por distintas instituciones, vivió temporalmente en México, Italia, China y Alemania (Berlín), donde reside desde hace dos años. Fue seleccionada por la prestigiosa revista Granta como uno de los «mejores narradores en español» y ha obtenido recientemente el premio Juan Rulfo de Francia y el premio Ribera del Duero de Narrativa Breve por su último libro Siete casas vacías (2015).



















TRADUCCIONES PROPIAS (1) CHARLES BERNSTEIN. "TODO EL WHISKY DEL PARAÍSO"

TRADUCCIONES PROPIAS (1)

CHARLES BERNSTEIN, 1950.

TODO EL WHISKY DEL PARAÍSO

Ni por todo el whisky del paraíso
Ni por todas las moscas de Vermont
Ni por todas las lágrimas del sótano
Ni por un millón de viajes a Marte.

Aunque me pagaras con diamantes
Aunque me pagaras con perlas
Aunque me dieras tu anillo rosado
Aunque me dieras tus rizos.

Ni por todo el fuego del infierno
Ni por todo el azul del cielo
Ni por un imperio propio
Ni siquiera por la paz espiritual.

No, nunca, nunca dejaré de quererte
No hasta el último latido de mi corazón
Incluso entonces en mis letras y en mis canciones
Te querré para siempre.

Traducción: José Miguel Junco.



CHARLES BERNSTEIN, 1950

ALL THE WHISKEY IN HEAVEN

 Not for all the whiskey in heaven
Not for all the flies in Vermont
Not for all the tears in the basement
Not for a million trips to Mars

Not if you paid me in diamonds
Not if you paid me in pearls
Not if you gave me your pinky ring
Not if you gave me your curls

Not for all the fire in hell
Not for all the blue in the sky
Not for an empire of my own
Not even for peace of mind

No, never, I’ll never stop loving you
Not till my heart beats its last
And even then in my words and my songs
I will love you all over again.


Selected poems of Charles Bernstein
Farrar, Straus and Giroux

March 2010.


domingo, 12 de marzo de 2017

POEMAS PROPIOS (43) OBSERVACIONES PARA CUANDO...

OBSERVACIONES PARA CUANDO SE EMPIEZA A ESCRIBIR UN POEMA.


Cuando se empieza a escribir un poema
conviene dejar claro, ya en las primeras líneas,
su identidad, su nombre, el iris de sus ojos,
sus gustos, sus costumbres, el estado civil.

Pudiera suceder, eso el poeta lo ignora,
que esté ululando el viento y abierta la ventana
y cuando el viento ulula algunas veces
se torna vendaval y no es extraño
que el poema a medio hacer, desprevenido,
salga disparado en cualquier dirección.

Pudiera ser que acabe en un país extranjero
de esos ricos del norte donde hablan un lenguaje
que el poema no es capaz de entender.
Y le pidan papeles y le miren los ojos
y resulte que no esté todavía señalado el iris
y lo lleven si más a la frontera
y el poema se incomode y allí sin más
un vigilante adiestrado coja y le pegue un tiro.

Pudiera suceder que entonces no haya pistas
que apunten a una muchacha inquieta
de ojos claros que asoma
porque es un poco tarde y el viento ulula
y cuando el viento ulula algunas veces
se torna un vendaval impredecible.

En estos tiempos cuando uno empieza
a escribir un poema conviene que ya desde el principio
queden claros sus gustos y costumbres.
Para que si sucede que en un país extranjero
lo acosan y persiguen, no resulte tan fácil,
y la muchacha no tenga que andar ovillándose
porque viene la noche y mira y de él ni rastro.

Imagen: Joan Miró.







jueves, 9 de marzo de 2017

POEMAS PROPIOS (42) REPLIEGUE.

REPLIEGUE


No podría decir con propiedad
la fecha del comienzo del repliegue,
así es que descartaba en su mundo interior
 grandes celebraciones y otras cuitas.

En su mundo interior el repliegue tenía el sabor del salitre
y el vaivén de las olas rompiendo sin cesar contra la arena
y un montón de recuerdos deslizándose
entre los meridianos de los hombros.

La frente poco a poco se le iba replegando,
la boca, sin control, se le iba replegando,
las piernas, muy cansadas, se le iban replegando,
el corazón, tan niño, se le iba replegando,
el alma, tan audaz, se le iba replegando.

Hasta que supo que había llegado tiempo
de retomar el ritmo de la vida en su mundo interior,
en ese extraño albergue donde los sueños se confunden,
donde es otra la luz y otro el crepúsculo
y se mezclan memorias y se habla otro lenguaje.

Ahora, cuándo empezó el repliegue eso sí que no lo podía jurar,
ni cuándo fue que el corazón ya no va más se dijo,
ni cómo es que se sabe que toca retirada,
ni qué ruta nos lleva a mundos interiores.

Imagen: Montserrat Gudiol.







GRANDES POETAS (40) MARINA TSVIETÁIEVA

MARINA TSVIETÁIEVA 1892-1941


PASAR A HURTADILLAS


Y, quizás, la mejor victoria
sobre el tiempo y la gravitación...
es pasar sin dejar huella,
pasar sin dejar sombra

sobre los muros...
Quizás... ¿renunciando
vencer? ¿Dejar de reflejarse en los espejos?
Así: como Lermontov por el Cáucaso
pasar a hurtadillas sin asustar a las rocas.

Quizás... ¿sería mejor diversión
con el dedo de Sebastián Bach
no tocar el eco del órgano?
Desintegrarse, sin dejar cenizas.

para una urna...
Quizás... ¿con engaño
vencer? ¿Escapar de las latitudes?
Así: por el tiempo como un océano
pasar a hurtadillas sin asustar a las aguas...

Para leer más poemas de la autora:




MICRORRELATOS (8) MAX BROD. "EL CORTÉS"

MAX BROD


EL CORTÉS


Una tarde, Kafka me visitó, y atravesó impensadamente una pieza donde estaba recostado mi padre. Este se despertó, y Kafka murmuró al pasar:
—Se lo ruego, considéreme un sueño.


                                       Max Brod, Frank Kafka (Praga, 1937).


domingo, 5 de marzo de 2017

LECTURA RECOMENDADA: MAC Y SU CONTRATIEMPO. ENRIQUE VILA-MATAS.

MAC Y SU CONTRATIEMPO


ENRIQUE VILA-MATAS


Editorial: Seix Barral. Barcelona, 2017



EL INELUDIBLE PESO DE LA TRADICIÓN


Ese lado atractivo de la repetición lo vio Kierkegaard cuando dijo que ésta y el recuerdo eran el mismo movimiento, pero que en sentidos opuestos, “ya que aquello que se recuerda se repite retrocediendo, mientras que la repetición propiamente dicha se recuerda avanzando. Por eso la repetición, si es que ésta es posible, hace feliz al hombre, mientras que el recuerdo lo hace desgraciado”.

Decía Borges que “la originalidad es imposible. Uno puede variar muy ligeramente el pasado, cada escritor puede tener una nueva entonación, un nuevo matiz, pero nada más. Quizá cada generación esté escribiendo el mismo poema, volviendo a contar el mismo cuento, pero con una pequeña y preciosa diferencia: de entonación, de voz y basta con eso”

El peso de la tradición resulta ineludible y la pretendida novedad se circunscribe a pequeñas variaciones o ligeras modificaciones de algo que ya ha sido expresado. Mac, “el modificador” como el mismo de identifica, parece tener clara esta idea y, una vez perdido su trabajo a consecuencia de la crisis económica reciente, ve la oportunidad de “escribir para saber lo que escribiría si escribiera”.

Se propone reescribir modificando la obra de un famoso escritor, vecino suyo, al que ha oído comentar que su novela “Walter y su contratiempo”, de la que parece renegar, es en realidad un pecado de juventud. Mac, lector impenitente, tiene la intención de reescribirla sin que su vecino se entere, y a tal efecto decide que la mejor manera de aproximarse a su objetivo es la de empezar escribiendo un diario como ejercicio previo que le permitirá más tarde abordar la tarea que se propone.

En clave metaliteraria, Enrique Vila-Matas aborda, con cierta ironía, el tema de los autores desaforados por querer ser originales, rupturistas, innovadores, rompiendo con las formas ya establecidas y consagrarse gracias “al genio” que les procura ser únicos y novedosos.  Una sutil reflexión que nos enfrenta al hecho de la imposibilidad de renunciar a todo lo bueno que ya ha sido escrito. Por eso, Mac es fundamentalmente un lector cuya única pretensión es la de realizarse anónimamente sin que los demás conozcan el resultado de su trabajo:

…pero esa felicidad no es algo que esté deseando que perciban los demás. No me gusta ningún tipo de ostentación. En mí siempre ha habido una necesidad de pasar lo más inadvertido posible. Y de ahí mi tendencia, siempre que es posible, a ocultarme.

El placer de escribir, esa posibilidad, esa expectativa de descubrir y descubrirse creando. Esa tentación, demorada en el tiempo, que ahora parece, por las circunstancias del narrador, que va a poder plasmarse en la realidad:

A veces me digo que me salvé de un gran infortunio cuando, ya desde tan joven, se fue todo conjurando para que no tuviera ni un minuto para comprobar que escribir es dejar de escribir…disfrutar del maravilloso espíritu del principiante del que tanto me regocijo en este preciso-más que exacto- momento.

La literatura como motor de la propia vida, no divorciada de ella. El impacto que ciertas lecturas (Mac muestra sus preferencias por el cuento o el relato por considerar que es ahí donde la intensidad de lo narrado se manifiesta más directamente) pueden provocar en nuestra vida. La lectura que nos descubre aspectos de nuestra propia personalidad que permanecían ocultos y la escritura que nos lleva a indagar, observar, interactuar con los otros y puede, como es el caso de Mac, cambiar el rumbo de la propia existencia.

Porque otro de los puntos fuertes de este trabajo es el del protagonismo que se le da al lector. A lo largo de la relectura de los distintos capítulos de Walter y su contratiempo, Mac (¿o cabría decir Enrique Vila-Matas?) hace gala de todo su bagaje lector aludiendo a autores tanto clásicos como actuales que sirven a la vez como guía sugerente de posibles lecturas a realizar: Cheever, Samanta Schweblin, Djuna Barnes, Borges, Hemingway, Carver, W. Foster Wallace, Bolaño, Piglia, Malamud, Schwob, Rhyes, Poe, Chesterton, George Perec, y otros muchos que asumirán un protagonismo más o menos relevante a lo largo del desarrollo de la trama.

En El Coyote, (un barrio Barcelona que ha adoptado este nombre como homenaje a aquel incansable escritor de novelas del oeste que tanto influyó en nuestras primeras incursiones lectoras allá por la adolescencia: José Mallorquí Figuerola), Mac emprende el largo proceso de relectura y reescritura de “Walter y su contratiempo”. Empresa esta que lo llevará al encuentro de ese lugar en el que se cuenta que nació la literatura oral y en el que la gente se sienta a escuchar historias narradas por distintos personajes que repiten y mezclan aspectos de su vida con otras historias en una suerte de comunión directa que da su auténtico sentido a la literatura: el arte de contar historias embelesando a los potenciales oyentes. Haciéndoles copartícipes de las historias que están oyendo, haciéndoles sentir emociones de todo tipo, haciéndolos más humanos.








jueves, 2 de marzo de 2017

POEMAS PROPIOS (41) OJALÁ QUE ME NAZCA...

OJALÁ QUE ME NAZCA...


Ojalá que me nazca un soneto decente
con la marca en los ojos del transcurso de un río
que en el pleno ejercicio de su libre albedrío
supo unir en sus aguas las orillas de un puente.

Ojalá que me nazca solidario y fecundo
y que cante la vida, lo que tiene de humano,
cuando tire la piedra que no esconda la mano
y diluya a su paso las fronteras del mundo.

Ojalá que me nazca un soneto sin tacha
que condene en su ritmo avaricia y usura
y no admita prebendas, ni se doble o se quiebre.

Ojalá que me nazca un soneto de altura
que se inspire en el rostro de una inquieta muchacha
y que no le den gato cuando vaya a por liebre.


Imagen: Robert Demachy


miércoles, 1 de marzo de 2017

GRANDES POETAS (39) T.S.ELIOT


T.S.ELIOT (E.E.U.U. 1888 - 1965)


UNA DEDICATORIA A MI MUJER


A quién debo yo el deleite que salta
y aviva mis sentidos cuando despertamos
y el ritmo que gobierna el reposo de nuestro dormir, el respirar a unísono

de amantes cuyos cuerpos huelen el uno al otro
que piensan los mismos pensamientos sin necesidad de lenguaje
y balbucean el mismo lenguaje sin necesidad de significado.

Ningún maligno viento invernal congelará
ningún torvo sol tropical marchitará
las rosas de la rosaleda que es nuestra y sólo nuestra

pero esta dedicatoria es para que la lean los demás:
éstas son palabras privadas que te dirijo en público.



SOBRE LA POESÍA (15) RAÚL ZURITA.



 POESÍA Y SUFRIMIENTO POR RAÚL ZURITA.

Todas estas palabras: sufrimiento, poesía, desdicha, infortunio, alegría, pesan en cierto sentido como una especie de gran lápida desde el momento en que se pronuncian. Y en general, dado que en última instancia en ellas están comprometidos los destinos y las pasiones humanas, las emociones, no es extraño que se espere mucho de ellas.

Sin embargo, es probable que la poesía no sea sino esa forma de balbuceo casi ininteligible que quiere precisamente acercar nuestras palabras para que encontremos en ellas una cierta dimensión de nuestra existencia, una dimensión probablemente más amorosa, más anhelante y más pura.

Creo que es eso, y voy a partir con una dedicatoria del poeta Eliot, Premio Nobel, norteamericano, inglés de alma, que en una parte, en un poema que se llama “Una Dedicatoria a mi Mujer”, habla de aquellos amantes que piensan lo mismo sin necesidad del lenguaje y que balbucean el mismo lenguaje sin necesidad de significados.

Entonces, probablemente en esos dos versos, están sintetizados casi tres mil años de sueños, anhelos y de posibles futuros. En rigor, el poema termina también como una frase que se dedica a alguien, y nos hace pensar en cierto sentido que toda existencia en realidad es una dedicatoria a alguien; que vivir, que respirar, que pensar, que mirar….es probablemente el gesto más inmediato, más profundo, más vasto, de dedicar el propio aliento, la propia respiración, la propia mirada al otro.

La dedicatoria termina: “pero esta dedicatoria es para que la lean los demás; éstas son palabras privadas que te digo en público.”

Para leer todo el texto: