INSTRUCCIONES PARA ANTES DE EMPEZAR A ESCRIBIR UN POEMA
En los tiempos que corren resulta necesario
antes de empezar a escribir un poema
tener bien claras unas cuantas cosas:
cómo es que va a llamarse, dónde es que va a vivir,
cuáles son sus costumbres, en qué asunto trabaja.
Porque si aconteciera o aconteciese,
eso el poeta todavía lo desconoce,
que al poema le da por ser aventurero
y en una estrofa coge una mochila
y se dirige así sin más al norte
no hay que descartar
que en la frontera lo paren.
Conviene que se explique en dos o tres idiomas
y resulte sencillo comprobar el iris de los ojos
porque si el viento aúlla, y no es extraño,
la arena puede enturbiarle la visión
y en la frontera lo registren de abajo para arriba
que es como suelen hacerlo en el norte.
Pudiera ser que entonces el poema se encabrite
porque en el otro lado lo espera una muchacha
y el mundo se le quede pequeñito
y pretenda pasar de todas formas
sin tener que dejarse los ojos allí.
En ese caso, las consecuencias son imprevisibles
y no hay que descartar cualquier desgracia
de la que el poema, porque el viento aúlla,
salga muy seriamente malherido.
Por eso resulta necesario
que, en los tiempos que corren,
antes de empezar a escribir un poema
se tengan las cosas bien claras.
Para no tener que andarse arrepintiendo
delante de un poema moribundo
soñando con besar a una muchacha
con los ojos
enturbiados porque el viento aúlla
y cuando aúlla el viento, no es extraño, se torna vendaval.
Conviene tener las cosas bien atadas
antes de empezar a escribir un poema.
Porque uno se deja llevar por la emoción
y sin que lo note va y le aúlla el viento
y se acaba llorando a lágrima viva
con los ojos completamente enturbiados.
Imagen: “El viento en azul” Oswaldo Guayasamín.