Título: El horizonte.
Autor: Patrick Modiano.
Traducción: María Teresa Gallego.
Editorial: Anagrama. Barcelona,
Octubre, 2014.
ESPERANDO A SUBIRSE AL PASADO.
Tenía la sensación de estar haciendo un rompecabezas…Le entraban mareos
al pensar en lo que habría podido ser y no había sido.
La obsesiva búsqueda de las
referencias del pasado como único modo de poder proyectar el presente. Y una
vez recuperado, partir hacia el futuro tras el inevitable paréntesis.
Jean Bosmans, escritor en
ciernes, se embarca, muchos años más tarde, en una larga y rocambolesca
investigación en la que pretende dar con la pista de Margaret Le Coz, una
antigua amante que ha desaparecido de su vida.
No se trata de un ataque de
nostalgia, ni de una simple evocación del tiempo transcurrido. Lo que el
protagonista parece plantear es la necesidad de reencontrarse con la persona a
la que hace ya tiempo estuvo afectivamente vinculado como condición para poder
continuar viviendo.
Su presente por tanto sólo tiene
sentido en la búsqueda de pistas fiables que puedan conducirle al reencuentro
con Margaret.
En ese pasado ambos vivían una
situación provisional, ambos se sentían vulnerables y perseguidos, temerosos de
ser descubiertos, desamparados y a
expensas de cualquier acontecimiento que pudiera dar al traste con sus vidas:
Estaba visto que ninguno de los dos tenía asiento en la vida. Ni
familia. Ni dónde agarrarse…A veces le entraba al pensarlo una leve sensación
de vértigo.
A partir de la reconstrucción
paulatina de la ciudad tal y como era en aquel tiempo y de las experiencias
compartidas, el protagonista va intentando encontrar una salida al laberinto en el que vive y que
no podrá ser otra que la de dar con su antigua amante tal y como quiera que
ésta sea en la actualidad:
Imposible ordenar todo aquello cuarenta años después. Debería haberse
puesto antes a ello. Pero ¿cómo encontrar ahora las piezas que le faltaban al
puzzle?...
No obstante, la convicción de que
solo a partir de ese reordenamiento, la vida, ahora en suspenso, podrá
continuar, podrá ofrecerle un horizonte, lo empuja a seguir indagando como
única forma de sobrevivir.
La reconstrucción del pasado
parece ser una constante en la obra de Patrick Modiano. Así ocurre en Calle de las tiendas oscuras y en El café de la juventud perdida. Pero en
esta ocasión, esa recuperación se plantea con la perspectiva de dar sentido a un presente que no podrá
proyectarse sin que el tiempo transcurrido aflore y a partir de las últimas huellas del mismo se
consiga atisbar un horizonte.
-Siempre tiene libros y documentación interesante sobre Berlín.
-¿Qué edad tiene?
-La de usted.
Bosmans ya no se acordaba de qué edad tenía.
Un estilo conciso y preciso, unos
personajes viviendo una vida provisional. Y al tiempo la necesidad de partir de
algunas certezas a las que agarrarse para encontrar un sentido y proseguir.