viernes, 28 de abril de 2017

POEMAS PROPIOS (52) ATENUANTES.

ATENUANTES


En su descargo un lirio, un recuerdo infantil, ciertas visiones,
la incontenible urgencia de la sangre,
una obsesión, un sueño recurrente,
lo que implica brotar de entre las aguas.

En su descargo un ave que iluminó una estrella,
una noche, la lluvia,
síntomas de arrebol,
un destello en los ojos.

En su descargo un buque que nunca alcanzó puerto,
un cruce de miradas en la hierba,
un eco con memoria de salitre,
un ignoto tremor ante lo oscuro.

En su descargo un alba que le nació en la boca,
un haz de luz, la fiebre,
una premonición, un arcoíris,
un gemido del aire.

En su descargo el molde de un casi mar de nubes,
la huella de unas manos extenuadas
llegando sigilosas  a la orilla,
la terca convicción de alzar el vuelo.

Y un lirio, un recuerdo infantil, ciertas visiones…


Imagen: Diego Rivera


miércoles, 26 de abril de 2017

TRADUCCIONES PROPIAS (3) FANTASÍA. LOUISE GLÜCK.

LOUISE GLÜCK, 1943.


FANTASÍA


Te diré algo: cada día
muere gente. Y eso es solo el principio.
Cada día, en las funerarias, nacen nuevas viudas,
nuevos huérfanos. Se sientan mano sobre mano,
tratando de tomar decisiones sobre esta nueva vida.

Después están en el cementerio, algunos de ellos
por primera vez. Tienen miedo de llorar,
a veces de no llorar. Alguien se inclina,
les comenta qué hacer, lo que podría significar
decir unas pocas palabras, a veces
tirar tierra en la tumba abierta.

Y después todos regresan a la casa,
que de repente se llena de visitantes.
La viuda se sienta en el sofá, muy solemne,
la gente se pone en fila para acercarse a ella,
a veces le cogen la mano, a veces la abrazan.
Ella se las arregla para decirle algo a todos,
darles las gracias, darles las gracias por venir.

En su interior, quiere que se vayan,
quiere volver a estar en el cementerio,
en la habitación del enfermo, en el hospital. Ella sabe
que eso no es posible. Pero es su única esperanza,
el deseo de volver atrás. Y sólo un poco,
no hasta el día de la boda, no hasta el primer beso.

Versión propia.


FANTASY

I'll tell you something: every day
people are dying. And that's just the beginning.
Every day, in funeral homes, new widows are born,
new orphans. They sit with their hands folded,
trying to decide about this new life.

Then they're in the cemetery, some of them
for the first time. They're frightened of crying,
sometimes of not crying. Someone leans over,
tells them what to do next, which might mean
saying a few words, sometimes
throwing dirt in the open grave.

And after that, everyone goes back to the house,
which is suddenly full of visitors.
The widow sits on the couch, very stately,
so people line up to approach her,
sometimes take her hand, sometimes embrace her.
She finds something to say to everbody,
thanks them, thanks them for coming.

In her heart, she wants them to go away.
She wants to be back in the cemetery,
back in the sickroom, the hospital. She knows
it isn't possible. But it's her only hope,
the wish to move backward. And just a little,
not so far as the marriage, the first kiss.


Del libro: Ararat.


lunes, 24 de abril de 2017

MICRORRELATOS (10) LA FE Y LAS MONTAÑAS. AUGUSTO MONTERROSO.

AUGUSTO MONTERROSO

LA FE Y LAS MONTAÑAS


Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios. Pero cuando la Fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía.

La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio. Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de fe.


                                                                    La oveja negra y demás fábulas, 1969


sábado, 22 de abril de 2017

POEMAS PROPIOS (51) Y ELLA TAN LINDA...

Y ELLA TAN LINDA…


Uno tras otro iban cayendo como una noche interminable,
como una plaga, a tiro limpio, a manotazos, a mordidas,
como un augurio, una vendetta, uno tras otro iban cayendo.

Y ella tan linda, tan coraje, tan recogiendo pedacitos,
tan sin resuello, tan airosa, tan remendando corazones,
tan en los límites, tan terca, tan frente a frente, tan osada.

Ella y su tropa rediviva dando puntadas en las sombras,
de labio a labio, de memoria, de sangre a sangre uno tras otro,
hasta romperle el alma al muro de la miseria y traspasarlo.

Y ella tan linda, tan coraje, tan recogiendo pedacitos,
tan palmo a palmo, boca a boca, tan con las uñas y los dientes,
hasta la cumbre, hasta hilvanarle una bufanda a la tristeza.

Uno tras otro rescatados de sinsabores y migajas
y ella tan linda, tan coraje, tan en sus treces, tan de luna,
tan ovillando y ovillándose hasta partirle el alma al miedo.


Imagen: Antonio Berni.


jueves, 20 de abril de 2017

LECTURAS RECOMENDADAS: LA CALIGRAFÍA DE LOS ISÓPODOS. EVELYN DE LEZCANO.

LA CALIGRAFÍA DE LOS ISÓPODOS

AUTORA: EVELYN DE LEZCANO.

EDITORIAL: HUERGA&FIERRO. MADRID, 2017.


EL RECORRIDO POÉTICO DE LA MEMORIA

 Bellísimas y potentes imágenes, percepciones que se entremezclan y tiempos que se entrecruzan borrando las rígidas barreras de pasado presente y futuro.

Un marcado sentido simbolista en el que lo tangible es sustituido por lo que se intuye, lo que se siente y se plasma a través de asociaciones en las que prima lo irracional y metafísico. Una aproximación a la esencia poética a través de la intuición y el instinto.

Fluye la palabra poética como un torrente nacido del mundo de los sueños, creando símbolos que se interrelacionan y dan lugar a realidades distintas a las observables a simple vista. Lo misterioso y lo místico laten en las expresiones generando una visión holística del ser y su entorno.
Se crea así “un tiempo neutral” en el que ausentes y presentes interactúan, dialogan y son evocados e invocados a través de versículos que en muchas ocasiones devienen  prosa poética.

Un comienzo con claras alusiones musicales: diapasón, ritmo, compás, adagio. Un ritmo que deriva hacia la oscuridad, hacia las sombras…
 ¿Sigues el ritmo?/Se estira oscuro, se redondea más oscuro/el ritmo entre las hojas,…

y nos conduce al mundo de los isópodos:
al cobijo de un arbusto/al ritmo del silencio/al lugar de los isópodos.

Un largo poema escrito en fragmentos con dos poemas finales: Dos poemas de agua, que mantienen el tono general aunque se percibe un cierto remanso, una cierta paz reflejada a través de imágenes sumamente originales y poderosas.

El yo poético late en estado elíptico. Es una de las características  de Evelyn de Lezcano: se distancia para que la emoción no le pueda ni quede mediatizada por un énfasis excesivo que obstaculice el propósito esencial: crear, hacer arte, sentir pensando. Que el pulso lata, pero que no se nos anegue el corazón porque eso nos llevaría a traspasar la frontera que separa a la poesía de la anécdota, de la enumeración autobiográfica más cerca de un libro de memorias que del arte. Esa tensión, ese batalla para que la visión trascienda el momento, la coyuntura.

Asistimos a la evocación e invocación de paisajes interiores y exteriores, de ausentes y presentes, para reconstruir y reconstruirnos. La búsqueda de un tiempo perdido que culmina con un tiempo recobrado. Recobrado y recreado.

Así, como se recobran los tiempos. El recuerdo de los recuerdos, esas huellas que, indelebles, se graban en la memoria con esa caligrafía especial de los isópodos:
Ya te dije que no lo ibas a encontrar/que no surgirá de tu nada/mas que el gesto que perdiste/que tu dedo alzado solamente/difumina el borrón de las sombras. Pero sigues buscando,…

Se evoca y convoca. Asideros imprescindibles que nos posibilitan seguir el rastro de lo que fuimos  y finalmente somos:
Siempre, siempre a un paso de la espiral/se reencuentran los instantes.

Reconstruirnos y reconstruir también a los otros. Esa apasionante y, a veces, dolorosa aventura por nuestros mares interiores que necesitamos recomponer para rememorar tactos, olores, sabores, voces, rostros, paisajes. Y en esa rememoración nos encontramos, nos celebramos en y con los otros.
¿Qué recordará/cada vez que el cuerpo despierta la piel de futuro/ajada de sol y nieve?

Aventura no exenta de peligros, de encrucijadas, del imprevisto resurgir de las heridas que nunca terminan de cicatrizar. Pero aventura necesaria para no atomizarnos, para no perder las referencias, para no ser abducidos por esta realidad líquida que nos hace acríticos y nos cosifica. Para seguir creando, para ver y dar a ver, para generar conocimiento: el que nos procura la propia poesía. 

También para tratar de encontrar un sentido, un cauce, un origen que nos “explique” y nos justifique.

La poesía de Evelyn De Lezcano es poderosa, sugerente, evocadora, original. No es baladí este último calificativo. La originalidad es algo que se aprecia y agradece en tiempos en los que se imponen tendencias, modas, estilos, cánones. Evelyn De Lezcano habla, cada vez más y cada vez mejor, con voz propia. No es poca cosa eso. Tal vez porque de niña tuvo el privilegio de aprender “la caligrafía de los isópodos”. Y en la madurez, la sensibilidad de no olvidarla.


José Miguel Junco.


martes, 18 de abril de 2017

POEMAS PROPIOS (50) REGRESO A MACONDO.

A GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

REGRESO A MACONDO

Cuando comience a remontar el vuelo
de entre las mariposas amarillas
no vaya a demorarse en las orillas
ni a quedarse varado a ras de suelo.

Regrésese con risa y guayabera
dejándose llevar por la corriente
para poder glosar mágicamente
la vida que lo espera y desespera.

Vuélvase con su tropa derrotada,
vuélvase con los peces de colores,
con el recuerdo aquel de los amores
que tuvieron su dicha amordazada.

Eréndira amarrada está aguardando,
como se aguarda lluvia en los desiertos,
que retorne del mundo de los muertos
para verse otra vez volar soñando.

El náufrago lo invoca, el anunciado,
el perro azul ladrándole a la luna,
para que oriente sin tardanza alguna
el rumbo al corazón desalentado.

No se vaya a perder en soledades
ni vaya a detenerse en una esquina,
tráigase a Florentino y a Fermina,
a Remedios la bella y a Melquiades.



domingo, 16 de abril de 2017

GRANDES POETAS (45) CÉSAR VALLEJO. MASA.

CÉSAR VALLEJO. 16 de marzo 1892-15 de abril 1938


MASA


Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «¡No mueras, te amo tanto!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
«¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando «¡Tanto amor y no poder  nada contra la muerte!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: «¡Quédate hermano!»
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...


                                                      “España, aparta de mí este cáliz”


jueves, 13 de abril de 2017

POEMAS PROPIOS (49) CUANDO SIN ESPERARLO...

CUANDO, SIN ESPERARLO, SE DAN LAS CONDICIONES SUBJETIVAS


Un quiebro en la mirada  en un lugar propicio
-pongamos en un parque y que es otoño-
puede ser el anuncio de una revolución
de imprevisibles consecuencias.

Como cuando en los bordes de lo oscuro
sin que nadie lo intuya se desteta la luz
y resucita al cuerpo domeñado
sacudiéndole hombros y memorias.

Un quiebro  en la mirada en un lugar propicio
puede ser el presagio de una revolución
 de imprevisibles consecuencias:
fundirse en otro cuerpo hasta romperse.
Pongamos en un parque y que es otoño.

Imagen: Max Gasparini.







miércoles, 12 de abril de 2017

MICRORRELATOS (9) JULES RENARD.

JULES RENARD

LA JAULA SIN PÁJARO

Félix no entiende cómo es posible tener a los pájaros prisioneros en jaulas. —Del mismo modo —dice— que es un crimen cortar una flor, y personalmente sólo quiero aspirar su perfume cuando se encuentra en su tallo, los pájaros están hechos para volar.

No obstante, compra una jaula y la cuelga en la ventana. Le pone un nido de borra, un plato de semillas, una taza de agua pura y renovable. Le añade un columpio y un espejito.

Y cuando, sorprendidos, lo interrogan, contesta:
—Cada vez que miro esta jaula, me felicito por mi generosidad. Podía encerrar en ella a un pájaro y la dejo vacía. Si quisiera, un oscuro tordo, un pardillo elegante o cualquiera otra de nuestras aves, sería esclava. Pero, gracias a mí, cuando menos una de ellas permanece libre. Siempre pasa lo mismo.
                                                                   

                                                                     Jules Renard, Historias Naturales.


SOBRE LA POESÍA (15) JOHANNES PFEIFFER

JOHANNES PFEIFFER

LA TAREA

CLAVE. REVISTA DE POESÍA Y CULTURA.

CALI, COLOMBIA.

La poesía es arte que se manifiesta por la palabra, como la música es arte que se manifiesta por los sonidos, y la pintura arte que se manifiesta por los colores y las líneas. Todos sabemos hablar, todos hemos aprendido a leer; de ahí que cualquiera de nosotros se considere capaz de leer poesías, y se crea con derecho a valorarlas.

En otras palabras, como el lenguaje, instrumento diario de comunicación, es familiar a todos, todos se sienten competentes, aun en aquellos casos en que el lenguaje se ha empleado en una «configuración». A esto se añade otro hecho: el prejuicio germánico en favor de la llamada profundidad. Lo que ante todo suele buscarse en la poesía y exigirse de ella son ideas y problemas; y en consecuencia, las gentes se desentienden totalmente de si aquello que la poesía se propone y pretende decir «existe» realmente en ella, si se ha transformado o no en configuración verbal.

Siempre podemos y podremos luchar contra esta mezcla de presunción e impotencia, despertando nuevamente la sensibilidad hacia la esencia de lo poético. Nuestra meta debe ser un trato honrado y objetivo con la poesía. Pero sería erróneo suponer que esta objetividad equivale a un juicio desinteresado o a una valoración esteticista. No, la única actitud auténtica ante el arte es y será siempre una participación sentimental y emotiva; aunque, claro está, todo depende de que mi sentimiento sea acertado o desacertado y de que mi emoción se justifique o no; hay que lograr, ante todo, la pureza del sentimiento.


El primer paso hacia esa pureza consiste en aprender a no quedarnos insensibles ante lo que nos parece obvio. Debemos hacernos sencillos e ingenuos; debemos preguntar consciente y expresamente por cuanto creíamos ya sabido y conocido, cambiar los grandes billetes de la comprensión consagrada por humildes moneditas; sólo así podremos llegar a la esencia de las cosas.


domingo, 9 de abril de 2017

GRANDES POETAS (44) MIGUEL HERNÁNDEZ. ELEGÍA.

MIGUEL HÉRNÁNDEZ. 1910-1942


ELEGÍA

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se ha quedado novia por casar la panadera de pan más trabajado y fino, que le han muerto la pareja del ya imposible esposo.)


TENGO ya el alma ronca y tengo ronco
el gemido de música traidora...
Arrímate a llorar conmigo a un tronco:

retírate conmigo al campo y llora
a la sangrienta sombra de un granado
desgarrado de amor como tú ahora.

Caen desde un cielo gris desconsolado,
caen ángeles cernidos para el trigo
sobre el invierno gris desocupado.

Arrímate, retírate conmigo:
vamos a celebrar nuestros dolores
junto al árbol del campo que te digo.

Panadera de espigas y de flores,
panadera lilial de piel de era,
panadera de panes y de amores.

No tienes ya en el mundo quien te quiera,
y ya tus desventuras y las mías
no tienen compañera, compañera.

Tórtola compañera de sus días,
que le dabas tus dedos cereales
y en su voz tu silencio entretenías.

Buscando abejas va por los panales
el silencio que ha muerto de repente
en su lengua de abejas torrenciales.

No esperes ver tu párpado caliente
ni tu cara dulcísima y morena
bajo los dos solsticios de su frente.

El moribundo rostro de tu pena
se hiela y desendulza grado a grado
sin su labor de sol y de colmena.

Como una buena fiebre iba a tu lado,
como un rayo dispuesto a ser herida,
como un lirio de olor precipitado.

Y sólo queda ya de tanta vida
un cadáver de cera desmayada
y un silencio de abeja detenida.

¿Dónde tienes en esto la mirada
si no es descarriada por el suelo,
si no es por la mejilla trastornada?

Novia sin novio, novia sin consuelo,
te advierto entre barrancos y huracanes
tan extensa y tan sola como el cielo.

Corazón de relámpago y afanes,
paginaba los libros de tus rosas,
apacentaba el hato de tus panes.

Ibas a ser la flor de las esposas,
y a pasos de relámpago tu esposo
se te va de las manos harinosas.

Échale, harina, un toro clamoroso
negro hasta cierto punto a tu menudo
vellón de lana blanco y silencioso.

A echar copos de harina yo te ayudo
y a sufrir por lo bajo, compañera,
viuda de cuerpo y de alma yo viudo.

La inaplacable muerte nos espera
como un agua incesante y malparida
a la vuelta de cada vidriera.

¡Cuántos amargos tragos es la vida!
Bebió él la muerte y tú la saboreas
y yo no saboreo otra bebida.

Retírate conmigo hasta que veas
con nuestro llanto dar las piedras grama,
abandonando el pan que pastoreas.

Levántate: te esperan tus zapatos
junto a los suyos muertos en tu cama,
y la lluviosa pena en sus retratos
desde cuyos presidios te reclama.



 Esta segunda «Elegía» está dirigida a Josefina Fenoll, novia del entonces recién fallecido Ramón Sijé, y hermana de Carlos y Efrén Fenoll. En carta de Miguel a Carlos Fenoll le dice el 29 de enero de 1936: «Estoy a punto de acabar una segunda elegía sobre la muerte de Sijé y en ella la persona a quien me dirijo es tu hermana.» Los tres hermanos trabajaban en la panadería de la familia situada en la calle de Arriba, 5, que se convirtió en centro de reunión y tertulia, donde Miguel entró en contacto con Ramón Sijé y con un pequeño círculo de amigos con aficiones literarias.


jueves, 6 de abril de 2017

POEMAS PROPIOS (48) SOBRE LA INCONVENIENCIA DE QUEMAR LAS NAVES

SOBRE LA INCONVENIENCIA DE QUEMAR LAS NAVES



Si alcanzada la orilla quemas todas tus naves,
no olvides que en lo oscuro asoman los recuerdos
y los recuerdos tienen propensión al enroque.

Pudiera ser que un día en el vaivén de olas
el embrujo del agua te conmine a evocar
el roce de unas manos o el brillo de unos ojos.

Tal vez algún paisaje, tal vez algún camino
por el que transitabas mirando las estrellas
y acaso sin quererlo te afloje el corazón.

Pudiera suceder que una tarde de lluvia
el olor de la tierra te empuje hacia las muelles
y el metal oxidado nomás te rompa el alma.

Imagen: Max Ernst.




martes, 4 de abril de 2017

GRANDES POETAS (43)EVGUENI STUCHENKO

EVGUENI STUCHENKO. 1932-2017


CONVERSACIÓN CON UN ESCRITOR AMERICANO


Me dicen:
                 -Eres valiente-.
No.
 Yo nunca fui valiente.
Juzgaba indigno, simplemente,
rebajarme con mis compañeros cobardes.

No demolía instituciones.
Tan sólo me reía de lo falso,
                                   lo engolado.
Escribía artículos.
                          No denuncias.
E intentaba decir todo
                            lo que pensaba.
Sí,
defendía a la gente de talento,
señalaba a los que, sin tenerlo,
                                     querían meterse a escritores.
Pero eso es un deber,
aunque hablen siempre de mi valentía.
Con amarga vergüenza recordarán
nuestros descendientes
                               -cuando hayan vencido la infamia
aquellos tiempos
                            extraños
                                         en los que
a la simple honradez
                                llamaban valentía...



                                                                                     (De: “Ternura”)


SOBRE LA POESÍA DE ANTONIO MACHADO.

Manuel Martín y José Miguel Junco conversan sobre la poesía de Antonio Machado.



https://www.ivoox.com/poesia-antonio-machado-audios-mp3_rf_17918566_1.html

sábado, 1 de abril de 2017

POEMAS PROPIOS (47) ESTELAS.

ESTELAS


No perderé el calor de tu querencia
ni borraré la huella de tus labios
ni quedaré rumiando los agravios
cuando tomes la ruta de la ausencia.

No olvidaré la luz de tu mirada
ni dejaré sin hueco en la memoria
la agridulce expresión premonitoria
antes de comenzar la retirada.

No cejaré en mi empeño de quererte
cuando acaso creyéndome dormido
te vayas para siempre de mi vida.

Ni pondré en los haberes del olvido
el gozoso recuerdo de tenerte
hasta el instante de la despedida.


Imagen: Montserrat Gudiol


LECTURAS RECOMENDADAS: LA VIEJA CIUDAD. JOSÉ GARCÍA CANEIRO.

Leído en el acto de presentación que tuvo lugar el 31 de Marzo en El Ámbito Cultural del Corte Inglés.


NOTAS SOBRE: “LA VIEJA CIUDAD” (Homenaje a Comas Quesada)

 JOSÉ GARCÍA CANEIRO

La Discreta. Madrid, 2016.


La interrelación entre distintas manifestaciones artísticas no es un fenómeno que pudiéramos considerar novedoso. En el caso que nos ocupa, muchos y muy logrados son los ejemplos en los que la poesía, en su grado más excelso, se inspira en la pintura y no menos excelsos resultan los ejemplos en sentido contrario.

  La pintura ha sido fuente de inspiración para un gran número de reconocidos poetas: Antonio y Manuel Machado, Vicente Aleixandre, Octavio Paz, Anne Carson, Olga Orozco, Cristina Peri Rossi, José Ángel Valente, Antonio Colinas, Antonio Gamoneda, René Char; el listado se haría interminable.

Y también, aunque en menor medida, los pintores se han inspirado en poemas para algunos de sus cuadros: John William Waterhouse, William Blake, Botticelli, Dalí, René Magritte, Anselm Kiefer, Pablo Picasso, Marcel Duchamp, o Brice Marden, entre otros.

Una amplia y fecunda interconexión bidireccional que, sin renunciar a la autonomía de cada arte, suele ampliar el campo de visión y la sensibilidad tanto de los creadores como de los lectores o espectadores.

A este respecto, Wallace Stevens en Ensayos sobre la realidad y la imaginación señala:

En mi opinión es preferible abordar el tema de las relaciones modernas como un todo. La relación actualmente capital entre la poesía y la pintura, entre el hombre moderno y el arte moderno es sencillamente ésta: que en una época en que tan decididamente prevalece la incredulidad o, cuando menos, la indiferencia a las cuestiones de creencia, la poesía y la pintura, y las artes en general, constituyen, en su medida, una compensación por lo que se ha perdido.

Lo mismo el poeta que el pintor viven y trabajan en medio de una generación que está conociendo la pobreza esencial a pesar de la fortuna. La extensión de la mente hasta más allá del ámbito de la mente, la proyección de la realidad más allá de la realidad, la determinación de recorrer todo el terreno, sea el que fuere, la determinación de no quedar confinados, de recuperar la excitación y la intensidad del interés, la ampliación del espíritu en todo momento, en todos los sentidos, éstas son las unidades, las relaciones, que debemos contabilizar como primordiales en este momento.

En este contexto cabría insertar el libro de José García Caneiro. Un querer ir más allá traspasando los límites estrictos de las distintas disciplinas artísticas. No es casual el hecho de que Comas Quesada presentara en 1979 una serie de acuarelas sobre el centro histórico de la capital grancanaria titulada "Homenaje a la Vieja Ciudad", expuestas en la Sala de Arte de la Caja. En ese mismo año logró el primer premio por la obra titulada: “Crepúsculo en el Sur” en la I Bienal de la acuarela “Ciudad de Las Palmas.

Ese, “La vieja ciudad” es el título escogido por García Caneiro para su libro de poemas en homenaje al pintor.

Poemas polimétricos en los que predomina el verso corto, lo que les confiere una intensidad y un recogimiento que, en nuestra opinión, es un recurso más que adecuado para acercarse a la obra de Comas Quesada, uno de nuestros más notables acuarelistas cuya fama y reconocimiento exceden las fronteras insulares.

Poesía ecfrástica, pero no en el sentido de mera representación verbal de una obra pictórica; sino que, teniéndola como referencia, el autor sondea aspectos anteriores o posteriores a lo visualmente reflejado, produciéndose de ese modo una síntesis enriquecedora que amplía su propia percepción.

En su artículo La poesía de las imágenes, publicado en la revista de la Universidad de México, el poeta, traductor y ensayista David Huerta señala:

En ese mundo ancho, ajeno y digno de ser conquistado continuamente, aparece lo visible como uno de los rasgos centrales y decisivos, orgánicos, cardinales; ¿dirían los filósofos “el ser es visible”? No lo sé. Los pintores y los poetas se acompañan naturalmente. Y se encuentran a veces en ese acento dactílico, visible y memorable de la palabra écfrasis.

Interesa destacar la originalidad de García Caneiro al situarse en los distintos cuadros desde el realce de algún objeto o elemento aparentemente menor. Así, en el poema San Antonio Abad podemos leer:

Un breve diapasón de luz,/tránsfuga/del balcón a la fachada,/se pinta, quieto y manso,/en las personas/… O en el poema Fuente del Espíritu Santo:

El hierro ennegrecido de la verja/apenas sí protege,/ a duras penas,/ el llanto en carne de cal viva/ con el que el turbión/ cubrió a las cuatro damas./

Esta aproximación visual a partir de lo aparentemente más accidental permite obtener una mejor y más compleja visualización del conjunto.

A lo largo del libro, basado, como queda dicho en la introducción, en obras del pintor referidas a espacios y geografías urbanas de la ciudad a finales del XIX y comienzos del XX, José García Caneiro se aventura en la insinuación de lo que se intuye o conoce, aunque no esté explícitamente reflejado. Es el caso del poema San Telmo en el que se describe al mar colindante con la iglesia del mismo nombre:

Una palpitación salada,/ un oculto rumor de jarcias tensas,/ y un insistente batir/ de ola adivinada contra el muelle/

La palabra en el tiempo. En el sentido más machadiano de la idea. El pasado que se hace presente al evocarlo y que suscita a su vez anhelos futuros. Y la intuición como recurso para sondear en esa temporalidad que nos abarca. Somos tiempo.

Evocación y movimiento. Por alguna hendidura del cuadro nos sentimos parte del contexto y revivimos lo que permanecía inmóvil. En el poema Quioscos del Puente de Palo tenemos la impresión de estar presentes en los debates que protagonizaban los jóvenes intelectuales de la época; sus inquietudes estéticas, sus ansias de libertad, sus proyectos,…

El poeta, el escultor, el vagabundo/ y hasta el borracho aquel/ que habla de arte/se han refugiado dentro./No son quioscos, es…/ es ateneo/ fugaz/casi imposible;/

Es la misma sensación que sentimos cuando en el poema Pilar de Santo Domingo nos parece estar oyendo las conversaciones de las aguadoras. Sus anhelos, sus cuitas, sus esperanzas tal vez.

 Crepúsculo en el Sur, el poema más largo del libro, y sin duda uno de los más representativos, García Caneiro no se limita a la mera descripción del cuadro, sino que inspirado en él, la da una dimensión onírica que nos conmina a ir “más allá”, “más allá”

Y más allá,/más allá de los planos superpuestos/que esconden un fulgor de media tarde adormecida;/ más allá de un remanso de agua clara/que finge desvelar el nacimiento de la noche;/más allá del asombro de los rostros hundidos en la arena/…

Más allá de la limitación que nos impone este tiempo de corta/pega, de sobreinformación que conduce a olvidar referencias esenciales, que nos hace movernos por realidades líquidas, que nos automatiza; este excelente poemario, esta simbiosis de imagen y palabra, es una invitación a evocar, a evocarnos, a reencontrarnos con nuestras tradiciones, nuestras raíces, con nosotros mismos. Tiempos y espacios que se han ido borrando de la realidad presente pero cuya rememoración resulta esencial para entender y entendernos en esta maraña de sinsentidos de la que no es posible salir si no logramos  reestablecer el vínculo con lo que nos ha conformado como seres con sensibilidad: con nuestras tradiciones, nuestras costumbres, nuestra idiosincrasia.

Decía Comas Quesada respecto a su obra: “Me siento subyugado por los efectos neblinosos, por las brumas, las aguas encharcadas… atmósfera intemporal que produce efecto onírico. Es como si buscara en el paisaje qué encanto hay detrás, en lo que no se ve, en ese misterioso más allá que no percibimos pero sí admiramos… sugiero una idea, elimino elementos que no me interesan, abstraigo de la realidad”.

Éste es, creo, el sentimiento que vincula a los dos autores. La búsqueda del encanto que hay detrás, en lo que no se ve, en ese misterioso más allá que no percibimos pero sí admiramos.

Sólo me resta agradecer a José García Caneiro la posibilidad que la lectura de su libro y la revisión de los cuadros de Comas Quesada me ha brindado de poder reconocerme y reencontrarme con un tiempo y un espacio que permanecían adormecidos en la memoria. Esa es también, entiendo, la posibilidad que se les ofrece a todos ustedes si se animan a la lectura y contemplación de “La vieja ciudad”. Sobre todo si lo hacen leyendo y mirando con los ojos de la imaginación y del recuerdo. Es decir: más allá.

José Miguel Junco.

Ámbito Cultural El Corte Inglés. Las Palmas, 31 de Marzo 2017.