miércoles, 1 de marzo de 2017

GRANDES POETAS (39) T.S.ELIOT


T.S.ELIOT (E.E.U.U. 1888 - 1965)


UNA DEDICATORIA A MI MUJER


A quién debo yo el deleite que salta
y aviva mis sentidos cuando despertamos
y el ritmo que gobierna el reposo de nuestro dormir, el respirar a unísono

de amantes cuyos cuerpos huelen el uno al otro
que piensan los mismos pensamientos sin necesidad de lenguaje
y balbucean el mismo lenguaje sin necesidad de significado.

Ningún maligno viento invernal congelará
ningún torvo sol tropical marchitará
las rosas de la rosaleda que es nuestra y sólo nuestra

pero esta dedicatoria es para que la lean los demás:
éstas son palabras privadas que te dirijo en público.



SOBRE LA POESÍA (15) RAÚL ZURITA.



 POESÍA Y SUFRIMIENTO POR RAÚL ZURITA.

Todas estas palabras: sufrimiento, poesía, desdicha, infortunio, alegría, pesan en cierto sentido como una especie de gran lápida desde el momento en que se pronuncian. Y en general, dado que en última instancia en ellas están comprometidos los destinos y las pasiones humanas, las emociones, no es extraño que se espere mucho de ellas.

Sin embargo, es probable que la poesía no sea sino esa forma de balbuceo casi ininteligible que quiere precisamente acercar nuestras palabras para que encontremos en ellas una cierta dimensión de nuestra existencia, una dimensión probablemente más amorosa, más anhelante y más pura.

Creo que es eso, y voy a partir con una dedicatoria del poeta Eliot, Premio Nobel, norteamericano, inglés de alma, que en una parte, en un poema que se llama “Una Dedicatoria a mi Mujer”, habla de aquellos amantes que piensan lo mismo sin necesidad del lenguaje y que balbucean el mismo lenguaje sin necesidad de significados.

Entonces, probablemente en esos dos versos, están sintetizados casi tres mil años de sueños, anhelos y de posibles futuros. En rigor, el poema termina también como una frase que se dedica a alguien, y nos hace pensar en cierto sentido que toda existencia en realidad es una dedicatoria a alguien; que vivir, que respirar, que pensar, que mirar….es probablemente el gesto más inmediato, más profundo, más vasto, de dedicar el propio aliento, la propia respiración, la propia mirada al otro.

La dedicatoria termina: “pero esta dedicatoria es para que la lean los demás; éstas son palabras privadas que te digo en público.”

Para leer todo el texto: