VIENE EL OLVIDO
La luz hierve debajo de mis párpados.
De un ruiseñor absorto en la ceniza, de sus negras entrañas
musicales,
surge una tempestad. Desciende el llanto a las antiguas
celdas,
advierto látigos vivientes
y la mirada inmóvil de las bestias, su aguja fría en mi
corazón.
Todo es presagio. La luz es médula de sombra: van a morir
los insectos
en las bujías del amanecer. Así
arden en mí los significados.
Del poemario: Arden las pérdidas. 2003.
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