ASÍ, SIN MÁS, UN DÍA…
Extender el brazo con la mano completamente abierta
dejando la máxima distancia posible entre los dedos
así sin más un día y esperar todo el tiempo del mundo
hasta que la lluvia precipite y brote un humedal.
Y al humedal acudan los pájaros que vienen
de hacer un largo vuelo a climas más benignos
y las almas en pena que no saben a qué carta quedarse
y buscan en el tacto remedio a sus nostalgias.
Y después en la noche que las plantas encuentren acomodo
y las arañas borden sus telas en el espacio entre los dedos
y en esas condiciones favorables, al clamor de la luz,
venga también tu mano y se coaligue así cual si tal cosa.
Y los pájaros píen sus cantos solidarios
y las plantas cohabiten en todo su esplendor
con las almas en pena que añoran enraizar.
Y así sin más un día reemprender el camino.
Foto tomada del periódico "La Provincia"