LA ESTELA DEL OLVIDO
Se han borrado los rostros,
las fechas, los nombres, los lugares,
el tacto, los sonidos.
Se han secado las lágrimas
y el eco de la risa
y la parte más fiel de la memoria.
Han pasado tantísimos inviernos
que es imposible recordar la lluvia
o el canto de algún pájaro.
Pero en la evocación
hay algo familiar,
algo que nos sacude.
Como un viejo temblor,
como la cicatriz de alguna herida
que no nos es ajena.
Esa invisible estela del olvido,
esa intuición acaso,
esa huella impalpable,
ese presentimiento.
Del poemario inédito: “Instinto”
Imagen: Kunito Imai.
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